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Hubo un rato de pánico en la casa; mas no fue de larga duración, porque los Bringas, saliendo al pasillo, vieron que por allí discurrían algunos vecinos de la ciudad, tan sosegados como si nada pasara. «¿Pero qué hay?». Nada: unos cuantos chiquillos que están alborotando en el portal; pero no hay cuidado. Del Ayuntamiento han mandado una guardia.

Por vida de Lanfusa la discreta, Que si no se me dice quien son estos Togados de bonete y de muceta: Que con trazas y modos descompuestos Tengo de reducir á behetria, Estos tan sosegados y compuestos. Por Dios, dixo Mercurio, y á fe mia, Que no puedo decirlo, y si lo digo, Tengo de dar la culpa á tu porfia.

Guardóse el mismo órden en los alojamientos que el año antes se tuvo en el cabo de Artacio, quedando al parecer todos satisfechos y sosegados, se fué Roger á Constantinopla con cuatro galeras, y con parte de la infantería más escogida á verse con el Emperador Andronico, y darle la enhorabuena de la restauracion de tantas provincias del Asia, y recibir juntamente mercedes y honras debidas á tantas victorias.

Hay que advertir que en Sarrió se llamaba a los habitantes de Nieva mazaricos a causa quizá del gran número de pájaros de este nombre que allí suele haber, mientras los de Sarrió eran llamados en Nieva pinzones, por la misma razón. Sosegados al fin los ánimos, don Rosendo da las gracias y cede a las instancias del público.

Era esta poblacion de Genoveses, dividida por un estrecho cerco del mar de la Ciudad de Constantinopla, llamado de los antiguos Cuerno de Bisancio, y hoy de los Turcos y Griegos Galata. Retirados y sosegados los nuestros, les mandó el Emperador en agradecimiento de su puntual obediencia librar una paga.

El cura se había acercado efectivamente á una alacena, riendo mientras la abría. Dispense usted, señor cura; no puedo tomar nada en este momento. Nada, nada... aquí no hay dispensas que valgan... Ustedes los jóvenes necesitan nutrirse para tener un poco sosegados esos nervios... ¡esos nervios!... Señor cura, por Dios me dispense, me es imposible...

Puestas en paz pues ya las diferencias De Delio, y los poetas transformados En tan vanas y huecas apariencias: Los mares y los vientos sosegados, Sumergiose Neptuno mal contento En sus palacios de cristal labrados. Las mansisimas aves por el viento Volaron, y á la bella Cipriana Pusieron en su reyno á salvamento.

Viven unos con otros, sosegados y en el retiro, los verdaderos sabios, y aun no nos faltan libros y autores que son acreedores á vuestra atencion. Miéntras que estaba hablando, llegó otro literato, y fuéron sus razonamientos tan instructivos y agradables, tan superiores á las preocupaciones, y tan conformes con la virtud, que confesó Babuco que nunca habia oido semejante cosa.

Quedaron por entonces en lo exterior algo sosegados, pero los ánimos secretamente muy alterados y sospechos, deseando ocasion de vengarse del agravio que cada cual imaginaba que se le hacia: que todo lo que no es alcanzar uno su pretension como la desea, lo juzga por agravio.

Había el arriero concertado con ella que aquella noche se refocilarían juntos, y ella le había dado su palabra de que, en estando sosegados los huéspedes y durmiendo sus amos, le iría a buscar y satisfacerle el gusto en cuanto le mandase.