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Actualizado: 5 de septiembre de 2025
Cuando V. mandó llamar a mi ama, la señorita Julia no quiso que viniera sola: pensó que tendría calma para ver a la otra, para verle a él... y no ha habido tal calma. Esta es la situación. ¿Y no hay más? Lo demás es muy delicado. ¡Pobre mujer! ¡Figúrese V.! Está colocada en la alternativa de tener que abandonar a doña Carmen a quien todo se lo debe, o soportar la presencia de los otros.
Le faltaba valor para soportar la vista del espectáculo, pero quería sentirse cerca de él: deseaba ir a la plaza. ¿Dónde estaría la plaza?... Nunca la había visto. Si no podía entrar en ella, vagaría por los alrededores. Lo importante era sentirse cerca, creyendo que esta aproximación podía influir en la suerte de Gallardo.
Pero yo pido a Dios para mi hijo muchas cosas antes que esa gloria, que muy bien pudiera resultar vana, examinada detenidamente. 21 septiembre de 1829. Mi pobre Alfonso es el que me ayuda a soportar los días de mi vejez, de un modo admirable; me colma de obsequios y atiende solícito a mis apuros, sean del género que quieran.
Estaba harto de saltar en el baile y de mostrarme amable y de soportar exigencias a propósito de los «hornpipes». Y todavía tenía que bailar con la señorita Gunn dijo Godfrey aprovechando el subterfugio que su tío le había sugerido.
Sí, sí, señor repuso la chicuela sollozando. ¿No puedes soportar la idea de que te deje de querer? No, no, señor.
Todas las noches, al salir de casa con la guitarra colgada del cuello, se le ocurría el mismo pensamiento: «Si Santiago estuviese en Madrid y me oyese cantar, me conocería por la voz.» Y esta esperanza, mejor dicho, esta quimera, era lo único que le daba fuerzas para soportar la vida. Llegó otro día, no obstante, en que la angustia y el dolor no conocieron límites.
De modo que, lo que decía confidencialmente D.ª Carolina a la señora Rafaela: Hija, estos muchachos no me dejan tiempo para arreglar mi casa ni para vigilar la cocina; no puedo cepillar la ropa a Pantaleón, no puedo escribir una carta, no puedo hacer una visita. ¡Siempre clavada a la silla en el gabinete! Luego, si Presentación me ayudase un poco a soportar la carga; pero ¡que si quieres!
Lo tomaría siempre a broma le dijo a Dolly si no la castigo, y soy incapaz de hacerlo, señora Winthrop. Las mortificaciones que me causa las puedo soportar y no tiene malas costumbres, de las que no puede librarse algún día.
Cualquiera que lo hubiese observado antes de la desaparición del oro, hubiera podido figurarse que un ser tan desgastado y marchito tendría apenas la fuerza de soportar alguna magulladura o que no sería capaz de sufrir algún debilitamiento sin sucumbir en seguida.
Porque lloran a mí, diciendo: Danos carne que comamos. 14 No puedo yo solo soportar a todo este pueblo, que me es demasiado pesado. 16 Entonces el SE
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