United States or Caribbean Netherlands ? Vote for the TOP Country of the Week !


Le habían desembarcado de un buque francés procedente de Nápoles, sumido en doloroso mutismo. Quería morir. Durante el viaje le sometieron á una estrecha vigilancia para que no repitiese sus intentos de suicidio. Varias veces quiso arrojarse al agua.

No dejó el tráfico hasta que los estudios y la edad de Fermín lo exigieron. Hubo que dejar el país y por recomendaciones del párroco de Matalerejo, Paula fue a servir de ama de llaves al cura de La Virgen del Camino, a una legua de León, en un páramo. Fermín, también por influencia de Matalerejo (el cura), y del párroco de la Virgen del Camino, entró en San Marcos de León en el colegio de los Jesuitas, que pocos años antes se habían instalado en las orillas del Bernesga. El muchacho resistió todas las pruebas a que los PP. le sometieron; demostró bien pronto gran talento, sagacidad, vocación, y el P. Rector llegó a decir que aquel chico había nacido jesuita. Paula callaba, pero estaba resuelta a sacar de allí a su hijo en tiempo oportuno, cuando ella pudiera asegurarle un porvenir fuera de aquella santa casa. No le quería jesuita. Le quería canónigo, obispo, quién sabe cuántas cosas más.

En breve Friburgo se rindió al general Dufour, sin combatir; Lucerna capítulo despues de dos dias de pelea, y los demas cantones disidentes se sometieron bajo condiciones. El triunfo de la revolucion radical, sostenida principalmente por los cantones de Ginebra, Vaud, Berna, Zuric y Tesino, hizo necesaria una reforma definitiva.

Con esto, los nueve mil hombres de Vedel se sometieron de antemano al pacto que ajustaba su General en Jefe. Seguimos, sin embargo, sobre las armas, y las entradas de la villa continuaron custodiadas por numerosas fuerzas, que se relevaban para proporcionarnos algún descanso.

El Gaviota II, á pesar de su bandera rusa, se vió detenido por los torpederos ingleses, que lo sometieron á una minuciosa inspección, no comprendiendo que se navegase por gusto cuando todos los mares estaban convertidos en un campo de batalla. A la altura de las Azores tuvo que forzar sus máquinas para librarse de un corsario alemán. Además, escaseaba el carbón.

Prosigue D. Álvaro de Sande. Quiso Dios que el día siguiente, que fué á 2 de marzo, no solamente se mejoró el tiempo para ir á nuestro viaje; pero refrescó tanto al contrario, que partiendo con él para los Gelves, conforme á la determinación que se había tomado, que en menos de diez días fuimos surtos al cabo que llaman de Valguarnera, que es lo último de la isla á la parte de poniente, y donde es la parcialidad más enemiga de turcos, y era la obstinación de los tiempos malos tanta, que estuvimos sin poder desembarcar cinco días; y contra la opinión que llevábamos, no solamente á los moros les pesó de nuestra ida allí, pero nos negaron las vituallas, y el día siguiente, que nos desembarcamos, que fué á los 8 de marzo, por defendernos los pozos, dieron la batalla; y acampándose juncto con nosotros, estuvieron cinco días, hasta que visto que el Duque quería volver á pelear con ellos, se rindieron y sometieron á la devoción de V. M., echando los turcos del castillo é entregándole, é con las demás condiciones que V. M. habrá visto.

El cristianismo ha contado entre sus hijos á los hombres mas esclarecidos por su virtud y sabiduría; ningun pueblo antiguo ni moderno se ha elevado á tan alto grado de civilizacion y cultura como los que le han profesado; sobre ninguna religion se ha disputado ni escrito tanto como sobre la cristiana; las bibliotecas estan llenas de obras maestras de crítica y de filosofía debidas á hombres que sometieron humildemente su entendimiento en obsequio de la fe; luego esa religion está á cubierto de los ataques que se pueden dirigir contra las que han nacido y prosperado entre pueblos groseros é ignorantes.

Esta contribucion, á cuya práctica y cumplimiento estaban tambien sujetas las demas naciones de los altos llanos, fué puntualmente satisfecha por los indígenas de todas las misiones, que se sometieron á ella sin grande resistencia.

Demos ahora la preferencia á los habitantes de las montañas de Asturias, pues aunque en toda la parte septentrional de la Península se albergasen ciertas razas, que no se sometieron nunca á los conquistadores árabes, ó sólo momentáneamente, es preciso mirar siempre á Asturias como al punto en donde comenzó la primera y más decisiva cruzada contra la media luna, y en donde la lengua castellana se fué perfeccionando poco á poco.

Estos delitos no habían sido perseguidos oficialmente por consideración á la memoria de su padre; pero los compañeros de cuerpo le sometieron á un tribunal de honor. Sus hermanos y amigos le aconsejaron el pistoletazo como único remedio; pero él amaba la vida, y huyó á América, donde á costa de humillaciones había acabado por triunfar.