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Actualizado: 14 de junio de 2025
JUAN EUGENIO HARTZENBUSCH, nacido en Madrid en 1806, de padres alemanes, llamó la atención primero con sus Amantes de Teruel, tragedia cuyos materiales arregló de nuevo con ventaja, después de las varias modificaciones hechas antes por varios autores, y particularmente por Montalbán, y sirviéndole la de éste más que ninguna otra, pero superándola en mucho por la mayor importancia que supo dar á los motivos ó resortes del drama.
55 Y estaban allí muchas mujeres mirando de lejos, las cuales habían seguido de Galilea a Jesús, sirviéndole, 56 entre las cuales estaban María Magdalena, y María de Jacobo, y la madre de José, y la madre de los hijos de Zebedeo. 57 Cuando llegó la tarde del día, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, el cual también había sido discípulo de Jesús.
Respecto al duque de Lerma, seguid sirviéndole de la misma manera que le habéis servido hasta aquí. ¿Pero no me habéis dicho que peco sirviéndole de ese modo? Si antes pecásteis obrando así, ahora que persistiendo en esas obras serviréis al rey, hacéis una obra meritoria. ¡Ah!
Era ya anochecido cuando aquella segunda procesión entraba en la Alhambra, sirviéndole de bastonero el agradable Abu-el-Casín, capitán de la guardia africana, quien, pasando a la estancia en que sobre su solio aguardaba el Sultán, le dijo a éste, tocando antes diez veces la tierra con su frente: Príncipe de los creyentes, ya llega el loco sobre los lomos de la sabiduría.
La duquesa salió entonces a la palestra, y con habilidad mujeril disparó el más certero saetazo, sirviéndole de ballesta una mentira muy gorda. Después de todo dijo , no hay que apurar mucho a Curra, porque si ella no puede dar el baile, Isabel Mazacán se compromete a darlo... El tiro dio en el blanco, y Currita soltó al pronto la prenda.
O qué, ¿se puede impunemente transmitir a nuestros tataranietos veneno y pus, en vez de sangre? Salió el señor Joaquín del gabinete del Esculapio un tanto asustado, pero aún más confuso, sirviéndole únicamente de consuelo el pensar que las desdichas vaticinadas a su prosapia no ocurrirían hasta dentro de un siglo lo más pronto.
Su traje, que seguramente fué hecho por ella misma en la cárcel para aquel día, sirviéndole de modelo su propio capricho, parecía expresar el estado de su espíritu, la desesperada indiferencia de sus sentimientos, á juzgar por su extravagante y pintoresco aspecto.
Una vez así crucificado le soltaron el botón de los calzones, que cayeron á los pies, sirviéndole de grillos. Y riendo de la gracia y dirigiéndole groseros sarcasmos, siguieron hacia Lorío, dejándole en medio del camino en tal triste y bochornosa disposición. Era punto menos que imposible caminar de aquel modo.
Apenas el duque de Uceda había salido de casa de doña Ana y aventurádose en la calle de Amaniel, que estaba obscura como boca de lobo, sirviéndole de guía entre las tinieblas su linterna, cuando se sintió fuertemente sujeto por detrás y oyó una voz áspera que le dijo: ¡Sois preso por el rey! ¡Preso yo! ¿y por quién? Por quien puede y debe. ¿Sabéis que soy grande de España?
Gillespie no alcanzaba á verle bien, pero sospechó que era una mujer. Esta mujer, tendiéndose sobre su pecho, se fué arrastrando con el oído pegado á la piel, sirviéndole de guía el ruidoso bombeo de la sangre á través del enorme corazón. Al fin el director femenino se irguió, señalando con un dedo á sus pies, como si dijese: «Aquí». Inmediatamente acudieron los seis bandoleros con su barra.
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