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A BORDO DE LA SANIDAD. Hoy he dormido perfectamente después de una porción de noches que llevo sin pegar apenas los ojos dijo la señorita de Mory a su amiga Rosario que estaba sentada a su lado . No qué tengo hace algún tiempo... Me siento nerviosa... Me duele la cabeza al levantarme de la cama... Yo creo que necesito refrescarme.

Hija mía, lo siento mucho, le dije, pero yo no mantengo clases pasivas. No faltó quien celebrase el chiste y quien admirase la firmeza de corazón del empedernido seductor. Mario no pudo reprimir un gesto de repugnancia. Aquel rasgo de crueldad expresado en forma tan cínica le dio frío.

"El pensamiento de que Adriana y Julio pueden enamorarse, ha hecho avivar mi pasión. Ahora, , es una verdadera pasión. Lo veo de continuo en mi pensamiento, lo siento en mi alma y me cantan en los oídos las palabras que llegó a decirme.

Prefiero, no obstante, improvisar algunas cuartillas, que caerán fuera de los dominios de la ciencia histórica, hacia la cual me siento antes de almorzar poco inclinado.

Al llegar a este punto siento yo cierto prurito de declamar y de moralizar, a fin de que mi historia merezca contarse entre las ejemplares. No atino, sin embargo; no me decido siquiera a señalar el blanco contra el cual he de dirigirme. ¿Declamaré contra la sociedad murmuradora? No me atrevo, sin considerarme como injusto. ¿Quién sabe aún lo que en realidad pasaba?

Parece que este ingenio no fué mui favorecido del rei don Pedro, como se prueba de los siguientes versos, puestos en su citada obra: «Por nascer en espino la rosa, ya non siento que pierde, ni el buen vino por salir del sarmiento.

Estos hechos no tienen un valor científico sino cuando se objetivan, permítaseme la expresion; ó bien cuando reflexionando sobre ellos el espíritu, los baña con la luz de las verdades necesarias. Yo pienso; yo siento; yo soy libre; aquí hechos; pero ¿qué sacais de ellos por solos? nada. Para fecundarlos es necesario que los tomeis como una especie de materia de las ideas universales.

Pero también junto á ella me siento solo. Parece que no seamos de la misma familia, que pertenezcamos á distinta raza. No explicarme, Luis: tal vez estoy loco; pero jamás siento con ellas, que son mi familia, esta confianza, este dulce abandono que me inspiras. Y es que eres de mi sangre; el único pariente verdadero.

La Naturaleza conmueve mi corazón bajo mis reflexiones, y me infunde cierta tristeza que me fascina; no lo que es, pero siento una especie de armonía secreta entre nuestra alma infinita y el infinito de las obras de Dios.

Decidle que se asome para darle las gracias. No quiere... no quiere asomarse. Pues entonces dadle las gracias en mi nombre. Dice que no las merece. Dile que siento mucho que no se asome. Dice que por qué. Porque me gustaría mucho verla. Dice que bien vista la tienes.