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Actualizado: 11 de julio de 2025


Lo agradable de aquel lugar, la hermosa vista que desde él se disfrutaba, y la animación que allí solía reinar por el movimiento del puerto, hicieron que el paseo fuese de los predilectos del pueblo sevillano y que disfrutara por largos años de gran boga.

El siguiente año de 1549, Guerrero fué invitado á concurrir á las oposiciones de Magisterio y Ración de la Catedral de Málaga, donde se presentaron seis opositores, entre los que el músico sevillano obtuvo la primera plaza.

A un pontevedrés, en efecto, le es mucho más difícil caer en gracia que a un sevillano. Desde luego, como no se le ocurra nada más que decir: «¡Vamos, hombre!» «¡Maldita sea!» y «¡Mire usted que es grande!», el pontevedrés irá a un fracaso absoluto. El pontevedrés no tiene gracia de nacimiento. Las gentes le exigen una gracia de concepto, mientras que al andaluz le basta con el acento.

El respondió que a unos caballeros de Burgos que iban a Sevilla, uno de los cuales era su señor, el cual le había enviado delante por Alcalá de Henares, donde había de hacer un negocio que les importaba, y que junto con esto le mandó que se viniese a Toledo y de esperase en la posada del Sevillano, donde vendría a apearse, y que pensaba que llegaría aquella noche, o otro día, a más tardar.

Pero la cuestión no nos importa a los curiosos, que debemos limitarnos á observar y recoger impresiones. La famosa casa del cruzado sevillano tiene dos patios, el primero común y sin obras de arte, y se compone de dos pisos, con galerías superpuestas, en forma de claustros.

Si se examinan las piezas de La Cueva, y se comparan con las obras dramáticas posteriores, no se puede desconocer, que, tanto sus faltas como sus bellezas, aparecen después en éstas, aunque algo modificadas. Así consta no sólo de las imitaciones, que se hicieron de los dramas del poeta sevillano, sino también de las de Lope de Vega y sus sucesores.

No se redujo la afición del ilustre Doctor sevillano á los libros, túvola también á las pinturas, reuniendo, asímismo, ejemplares escultóricos que sirvieron de preciado adorno á su biblioteca, según consta de la siguiente cláusula de su testamento.

De este hijo del gran artista sevillano voy á ocuparme, pues de los otros son muy escasas las noticias que se conocen: doña Francisca entró de monja en el convento de Madre de Dios y don Gabriel pasó á América, donde sólo se sabe que murió muy anciano, sin otras circunstancias.

La mujer es dulce y simpática, aunque hay en su fisonomía un no se qué de varonil sin afectacion. El hombre tiene algo de rudo, de muy oriental, que atrae ó asusta según la manera como se le trata. Si buscáis á un andaluz sevillano por las buenas, con finura y afabilidad, aunque pertenezca al vulgo, le hallareis cordial, expansivo, muy atento y obsequioso. ¡Pero cuidado con andar por las malas!

El día siguiente, cerca de la una, entraron en la posada con cuatro hombres de a caballo dos caballeros ancianos de venerables presencias, habiendo primero preguntado uno de dos mozos que a pie con ellos venían si era aquella la posada del Sevillano; y habiéndole respondido que , se entraron todos en ella.

Palabra del Dia

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