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Actualizado: 21 de junio de 2025


La pobre señora lloraba y se tiraba de los pelos, suplicando a su fiel amiga que arase la tierra en busca de los pocos duros que hacían falta, para tirárselos al rostro al bestia del tendero, y Benina se devanaba los sesos por encontrar la solución del terrible conflicto. «Mujer, por piedad, discurre, inventa algo le decía la señora, hecha un mar de lágrimas . Para las ocasiones son los amigos.

Este tal le sorbió los sesos a una pobre mujer, viuda de un platero y se casó con ella. Cada uno por su estilo, aquella pareja valía un imperio. Todo el santo día estaban riñendo, de pico se entiende... ¡Y qué tienda, hija, qué desorden, qué escenas! Primero se emborrachaba él solo, después los dos a turno.

Fuera de estas tonterías de la crítica, es un alma de Dios, muy agradecido, muy delicado, sin más debilidad que la de querer a Olimpia y figurarse que un hombre de sesos se puede casar con semejante inutilidad. Yo me he propuesto quitárselo de la cabeza, y creo que lo voy consiguiendo.

Pues entonces ¿a qué todas esas quintaesencias y marañas sutiles con que te devanas los sesos? Dile que ; ámale; cásate con él y verás cuán dichosa eres. Da esperanzas al menos de que le amarás, si no quieres dar un completo y redondo desde el principio. Con estas esperanzas, él lo promete, no se irá a Madrid y permanecerá en Villafría.

LENGUA DE CARNERO EN SALSA. Después de cocida la lengua se saca con un tenedor y se coloca en otra cacerola con sesos de carnero y pies de lo mismo, después de deshuesados y cocidos. El caldo de las lenguas se aumenta con jugo de lo demás y vinagre, se le hace hervir y se traslada a otra cacerola; se desengrasa la salsa, se cuela y se vierte sobre las lenguas.

Aquí pagamos tarde ó temprano todas las que hemos hecho; aquí recibimos, si no hoy, mañana, nuestro premio, si lo merecemos, y quien dice mañana, dice el siglo que viene ... Dios, ¡oh! la idea de Dios tiene mucho busilis... y para comprenderla hay que devanarse los sesos, como me los he devanado yo, dale que dale sobre los libros, y meditando luego. Fijese bien. Personal es lo que es uno.

¿Irías a su casa volando? interrogó Amparo temblona. Fui... y dice que.... Acaba, maldito. Y dice que... Chinto se devanó los sesos buscando una fórmula diplomática . Dice que no está en el pueblo, porque... porque ayer se marchó a Madrí. Quiso abrir la boca Amparo y articular algo, pero su dolorida laringe no alcanzó a emitir un sonido.

Pero los coscorrones a más de que pueden descompaginar los sesos, no han sido nunca eficaz remedio de amores degradados, y me dejé caer sobre un sofá profundamente desalentada. Como en otras circunstancias análogas, me acordé de frases y detalles, que según yo me decía, debían de haberme dado luz, no digo, una vez, sino veinte.

Últimamente, D. Pantaleón había levantado la tapa de los sesos a un perro, y por espacio de algunos segundos pudo observar el juego de su mecanismo cerebral. Por desgracia, el perro falleció al instante. Sólo ligerísimos apuntes sacó para el famoso descubrimiento. Pero estos apuntes fueron agua preciosa para su molino.

Ahora, haciéndole sospechar que don Rodrigo le engaña, que le hace traición, su excelencia, que es tan receloso, que en todas partes ve peligros, perderá de seguro á su muy amado confidente. ¿Quién os ha mandado, don necio soberbio, meteros conmigo? ¡Bien empleado os estará todo lo que os suceda, y en vano os devaneréis los sesos para saber de dónde ha venido el golpe!

Palabra del Dia

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