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Actualizado: 22 de junio de 2025
Tirso había comprado una cromo-litografía de la Virgen de Lourdes con marco de moldura dorada, colocándola encima del retrato de Espartero. Esto dijo Pepe sería sencillamente ridículo si anduviésemos sobrados de dinero: teniendo tan poco, me parece falta de juicio; pero allá él.
El Padre Ambrosio jamás había ejercido ni querido ejercer cargo en el convento. Hubiera podido ser guardián, pero era sencillamente un fraile como otro cualquiera. Su extraordinaria reputación inspiraba, no obstante, el respeto más profundo.
Es posible que yo no me batiese, aunque supiera batirme; como es posible que no ejecutase la Marcha fúnebre, aunque supiera ejecutarla; pero si alguien me pide alguna vez que ejecute esta marcha, yo no me voy a salir diciéndole que prefiero otra marcha más jovial, o que no me inspira simpatías la autonomía de Polonia, tierra del autor, sino, sencillamente, que no sé tocar el piano.
Ella, arreglando con mucho primor su manojito de hilas, contestó sencillamente: Sí, ayer tuve carta... Por supuesto, que a usted también le habrá escrito... No, no he recibido carta ninguna, pero no me extraña... Al despedirse me dijo que hasta no tener noticias seguras no me escribiría. ¿De dónde te escribe ya?...
Veamos, pues, sencillamente, no lo que se supone o columbra en el FAUSTO, sino lo que se dice, y esto en resumen y cifra brevísima, porque tememos que nos tilden de prolijos. Para mayor prontitud y claridad, marcaremos cada uno de los cinco actos en que esta segunda tragedia está dividida. ACTO I. El destino de Fausto no puede encerrarse en el de Margarita. Fausto tiene aún muy larga carrera.
Se trata sencillamente de un capricho de artista.... Tengo ya dos cuadros arrinconados por falta de ese parecido exacto, porque yo no podría nunca ver á mi desposada de otro modo que con la cara de la encantadora virgen del bordado ... Y sería lástima no terminar el bonito esbozo que la representa inclinada sobre el terraplén. ¿Qué mal habría en que tratase de verla?... ¡Bah! ¡Allá voy!
Veíame ya gobernador de provincia, duque, par... Y, al detenerme por la noche en una posada había llegado a mariscal de Francia. La voz de un criado, que me llamó sencillamente caballero, me obligó a salir de mi éxtasis y volver a la realidad. Al día siguiente y en los sucesivos, tuve los mismos sueños, la misma embriaguez. Mi viaje era largo.
Sí, y hubiera podido rompernos la cabeza a cualquiera de nosotros. Me parece que ha vuelto atrás después de tocar al suelo. Ha vuelto a la mano del hombre que lo lanzó. ¿El bomerang? Sí, Cornelio. El bomerang, que es sencillamente un palo de unos tres pies de largo, algo redondo en uno de sus extremos, es un arma sorprendente; pero que sólo los australianos saben manejar.
Pomposa para volar al martirio, sería sencillamente una puerta con arco de ladrillo, y si era, como parece regular, la que conducia del convento de mujeres al coro de la iglesia, tendria á lo sumo algun adorno sencillo esculpido en su dintel, realzado tal vez con vivos colores.
Ello era una especie de milagro de la ciencia y la habilidad. «Pero si los alemanes no hicieran milagros de sabiduría, ¿quién los iba a hacer?». Se trataba sencillamente de sacarles a las algas, que el mar arrojaba a las costas de la provincia en tanta abundancia, un demonio de materia que tenía mucha utilidad para infinitas industrias. Adelante. Además, a Roma por todo. Si la arruinaban, ¿qué?
Palabra del Dia
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