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Actualizado: 23 de mayo de 2025
El oro, al pasar por ellas, parecía purificarse sin dejarlas manchadas. Cumplida su misión de caridad, Lázaro se encerró de nuevo en sus soledades, y entonces las dudas, muertas al parecer aquellos días, tornaron a mostrarle las insaciables fauces, semejantes a esos reptiles asquerosos que después de aplastados vuelven a revivir y arrastrarse.
En la existencia del viajero, el recuerdo de una localidad determinada, reviste el colorido que le trasmite la edad y el criterio del observador: si, con el correr del tiempo, regresa y quiere hacer revivir in natura la impresión de antaño, sólo cosechará desilusiones, porque pasan los años, se modifica el criterio y las cosas cambian.
Observó la de Rubín el trajecito azul de Adoración, sus botas, todo su decente atavío, y en aquella inspección fisgona que hizo, sus miradas y las de Jacinta se encontraron alguna vez. «¡Oh, si tú supieras al lado de quién estás!» pensaba Fortunata, y aquí su temor se desvanecía un tanto, para dejar revivir la ira. «Si yo te dijera ahora quién soy, padecerías quizás más de lo que yo padezco». Adoración quería decir algo; pero Jacinta le tapaba la boca, y mirando a la de Rubín se sonreía con esa ingenuidad que indica ganas de trabar conversación.
"Lope hace revivir en la escena dice el señor Menéndez Pidal en L'epopée castillane todos los tipos, las costumbres, las regiones de España, que jamás ha conocido nadie tan íntimamente como él, y al mismo tiempo vuelve a tratar por su cuenta los asuntos de la antigua epopeya, reconociendo en ella la poesía hereditaria de la raza española."
Y si esa esperanza de orgullo y de poderío me fuera ofrecida ahora acompañada de un dolor semejante al que experimento, no quisiera revivir esa hora brillante. Porque bajo su ala llevaba una oscura mezcla y mientras volaba, dejaba caer una esencia todopoderosa para consumir un alma que tan bien la conocía.
¡Quiero que hables! ¿oyes? que te dispongas a revivir y que no olvides lo que te decía anoche tu madre. ¡Mi madre!... Sí, tu madre, ¿pues qué? Mi madre ha sido feliz toda su vida. ¿Y tú, no?... ¡Qué rico tipo!... Mira, así y reunía en un haz las yemas de sus dedos, así, ¿ves?... así hay consuelos para cada dolor. Es posible.
No alcanzaba a concretarlo; pero, en adelante, tendría bastante serenidad para arrostrar los peligros del mío, triste, el más peligroso de todos, a mi entender, por lo menos, y audazmente me disponía a revivir los recuerdos de lo pasado proponiendo que acabáramos la noche con un juego que nos divertía mucho en casa de mi tía, cuando, después de haberse marchado los últimos jugadores, llegaron al salón el esposo de Magdalena y el señor D'Orsel.
Déjame revivir una vez más todo lo que me diste de ternura y de bondad, y olvidar con este recuerdo el frío de la soledad que hiela mis miembros como un soplo exhalado de tu tumba. ¡Qué loca era y qué impía, en sentirme sola mientras tú viviste!
El jardín dormido hasta hacía un momento, en el seno de las tinieblas, empezaba a revivir; por el cielo se extendía la argentina aurora de una finura de tonos exquisitos; los pájaros piaban débilmente, lanzando intermitentes cantos. El joven penetró en su casita en busca de un reposo que calmase la agitación de sus pensamientos.
Pero las embajadas quedábanse siempre en el camino, y únicamente llegaba como disperso algún europeo renegado que iba describiendo las maravillas de las ciudades asiáticas con una exuberancia que enardecía las imaginaciones. La lectura de los libros santos hacía revivir en los doctores cristianos la memoria de las ricas tierras del Asia oriental.
Palabra del Dia
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