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Con el cocimiento de las hojas de orégano se consigue que á la muger baje el periodo retenido por efecto de calor. «La debilidad que padezca la muger á causa del desarreglo de la menstruacion, se corrije comiendo en ayunas flor de Coles.

La hubiera retenido consigo, pero Jacobo la deslizó en su abrochada levita y preguntó con indiferencia cuánto tiempo hacía que aquello duraba. Desde que llegó, desde el mismo día en que entró en la Magnolia. Yo a la sazón fui un torpe, Juan, y ahora soy un torpe también; pero no supe cuánto la amaba hasta el presente. Y ya no es la misma mujer.

Nélida mostrábase inquieta y displiciente, como si para ella fuese un tormento permanecer al lado de su madre. Por detrás de la cabeza de ésta hacía señas a Fernando; le hablaba con el movimiento silencioso de sus labios. «Vámonos: déjalaPero él no podía obedecer, retenido por las palabras amables y las miradas de la señora, que se enfrascaba en un elogio de las cualidades de su hija.

Lo que sobró de paño trocaron a un sombrero viejo reteñido; pusiéronle por toquilla unos algodones de tintero muy bien puestos. El cuello y los valones me quitaron y en su lugar me pusieron unas calzas atacadas, con cuchilladas no más de por delante, que lados y trasera eran unas gamuzas.

A sus pies estaba la plazuela rectangular en que se habían ensayado sus pasos vacilantes y donde había conocido las grandes desesperaciones de los pequeñuelos como la de un globo retenido por una alta rama, un barco de papel naufragado en las profundidades de la transparente fuente pública, en la que él sumergía en vano su bracito demasiado corto; y los grandes triunfos de la misma época, como la captura de un insecto de alas doradas, de un nido cazado en lo alto de un tilo con gran detrimento de los calzones, o de un lagarto imprudente que había ido a calentarse al sol junto al brocal del pozo y que él llevaba a casa con expresión conquistadora.

Por primera vez subía Ojeda a esta cubierta. El frío los había retenido a todos abajo en los días anteriores.

¿No ves que estás dando un espectáculo? ¿Estás loco? murmuró en voz bastante baja para que sólo de fuera oída, pero con una vivacidad en la expresión que me llenó de espanto. Aun estuve algunos momentos retenido por sus brazos; luego gané la puerta con él y al llegar a ella me desprendí de su violento abrazo.

El joven de la noche anterior estaba junto á la puerta, al lado de su compañero, que ceñía ahora la diadema auricular y golpeaba la manecilla del aparato, oyendo y contestando á los buques invisibles. Media hora antes, cuando el telegrafista inglés iba á abandonar su guardia, entregando el servicio al camarada recién despierto, una señal le había retenido en su asiento.

Me dejé caer sobre un silloncito en que ella solía sentarse y permanecí allí algunos minutos presa de la más viva ansiedad, retenido a mi pesar por el deseo de saborear impresiones cuya novedad me parecía exquisita.

Aunque tuvo deseos de salir para esparcir su mal humor y refrescar la cabeza, no lo hizo retenido por una vaga esperanza, que no tardó mucho en cuajarse. Á eso de las doce apareció un hombre en la puerta preguntando por él, con una carta en la mano. Por su semblante fruncido pasó una imperceptible ráfaga de satisfacción. ¡Al fin!