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Actualizado: 24 de noviembre de 2025


En su recuerdo indeleble aquella faz espantosa Ayela guardado habia; y aquella mirada odiosa, sensual y repugnante que la contemplaba absorta, era la mirada misma de aquella terrible hora; y él, que de Ayela tenía en su conciencia la copia, la devoraba mirándola con expresion misteriosa, mezcla de amor y de espanto y dulce á la par que torva.

Pero Pintado tenía manos de hierro, aunque era de pocos ánimos, y una vez lanzado al heroísmo, no sólo sujetó a Mauricia, sino que le aplicó dos sonoras bofetadas. La escena era repugnante.

La Roca de San Pablo fue quedando a la popa del trasatlántico. El islote estéril recibió el título de antipático de boca de las señoras, que dejaron de mirarlo, falto ya de interés. Visto sin los gemelos, parecía algo repugnante que flotaba sobre las aguas: los residuos digestivos de un leviatán; un montón de deyecciones del fabuloso pájaro Roc.

Por fin, el arroyo, convertido en cloaca, entra en la ciudad, donde su primer afluente es una repugnante alcantarilla, con su enorme boca ovalada, cerrada con barrotes de hierro.

Las calles mas hermosas de Lóndres son la del Regente, la de Oxford, y Portland-Place. Picadilly y Bond-Street son los sitios mas elegantes. ¡Espectáculo repugnante! todos los dias se ven en las calles hombres y mujeres ébrios.

Las viviendas, en aquella segunda capa, eran más estrechas y miserables que en la primera; el revoco se caía a pedazos, y los rasguños trazados con un clavo en las paredes parecían hechos con más saña, los versos escritos con lápiz en algunas puertas más necios y groseros, las maderas más despintadas y roñosas, el aire más viciado, el vaho que salía por puertas y ventanas más espeso y repugnante.

Al entrar el ingeniero se dió cuenta de que la mujer había ido á sentarse en el fondo del establecimiento, lejos del mostrador y de las otras parroquianas. Su presencia produjo cierta emoción. La patrona le acogió con una sonrisa repugnante por su excesiva obsequiosidad. La muchachita tísica tuvo para él una mirada que creía de amor, y á Robledo le pareció de mendiga que implora una limosna.

Cuando Rojas aparece osado é ingenioso, Scarron es pesado y torpe, y la gracia incomparable del primero se transforma, en la obra del segundo, en farsa grosera y repugnante . El temor de extendernos demasiado nos impide examinar otras muchas comedias de Rojas, por cuya razón nos limitamos á hacer breves indicaciones.

Nada hay tan repugnante como la ciencia que se adquiere para obtener un título académico y ganarse un sueldo con él. No hay más ciencia que la ciencia desinteresada, la ciencia por la ciencia, el amor al saber, el saber que nunca se sabe bastante para cobrar dinero por enseñar lo poco que se sabe.» Y otra porción de máximas al mismo tenor.

Acordábase de las torres muzárabes que había contemplado en una ciudad antigua, y al mismo tiempo se le ofrecían á la vista lagos y jardines, no sin que de pronto afease este espectáculo algún animal de corpulenta forma y repugnante fealdad.

Palabra del Dia

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