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Actualizado: 26 de julio de 2025
Pero los muertos no entienden razones, y el espectro, procediendo como un bandido, sonreía ferozmente, y de un salto se subía á la cama, sentándose sobre él, oprimiéndole la herida del hombro con todo su peso. Gimió Batiste de dolor, sin poder moverse para repeler esta mole. Intentaba enternecerlo llamándole Tòni, con familiar cariño, en vez de designarle por su apodo. Tòni, me fas mal .
Creyó por un momento que el suelo escapaba bajo sus pies; se sintió flotar, rodeado de fuerzas misteriosas que rompían y ablandaban su voluntad. Pasó una mano por su frente, como si quisiera repeler muy lejos esta flaqueza momentánea. «¡Ah, perra!», exclamó mentalmente, insultando á la fortuna, seguro otra vez de que iba á esclavizarla. Y continuó jugando.
Su renacimiento venía de más lejos que el de Miguel. Se olvidó de lo que la rodeaba. Sus ojos continuaron abiertos, pero se habían borrado de ellos el mar, el cielo dulce del ocaso, hasta las ramas de pino que formaban un dosel silvestre sobre sus cabezas. De pronto volvió á contemplarlo todo, encorvándose al mismo tiempo para repeler al hombre.
El tiene por indudable que el príncipe va á entrar en el Casino. ¿A qué otro lugar puede ir una persona decente en Monte-Carlo?... Pasa una rápida mirada por su uniforme, admira su rudo aspecto de soldado. He sabido las hazañas de Su Alteza; le preguntaba siempre al coronel... ¡Un héroe! Lubimoff no tiene tiempo para repeler estos elogios. Spadoni pasa á ocuparse de algo más interesante.
El licor parecía repeler cierta torpeza mental que se reflejaba en la lentitud de sus palabras, dando nueva luz á sus ojos y mayor soltura á su lengua. Dejó de hablar en francés para preguntar en español: ¿De dónde es usted? He conocido por su acento que es americano... americano del Sur. ¿De Buenos Aires tal vez?...
Las preguntas de éste iban excavando, sin embargo, su memoria, y al fin acabó ella por repeler su adormecimiento mental, sufriendo el salto en masa de los recuerdos despertados.
Ya no era el capitán mercante siervo del destino, confiado á su buena suerte é incapaz de repeler un ataque. Las estaciones radiográficas velaban por él á lo largo de las costas, aconsejando cambios de rumbo para evitar al enemigo en acecho. Chirriaban los aparatos sosteniendo invisibles diálogos.
Lo decía con tal humildad, con un deseo tan vehemente de ver admitido el ruego, que el hijo no osaba repeler su acompañamiento. Para callejear con Argensola tenía que escurrirse por la escalera de servicio y valerse de otras astucias de colegial.
Nunca había llegado á soñar con una gloria semejante, ni aun en los tiempos de la adolescencia, cuando, recién entrado en la vida estudiosa, su entusiasmo le hacía aceptar la posibilidad de las más inauditas elevaciones. Durmió mal, pues el saboreo de su triunfo parecía repeler al sueño.
Los espacios cerrados servían á la vez de baterías y dormitorios. Estos acuartelamientos habían sido al principio trincheras descubiertas, iguales á las de la primera línea. Al repeler al enemigo y ganar terreno, los combatientes, que llevaban en ellas todo un invierno, habían buscado instalarse con la mayor comodidad.
Palabra del Dia
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