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Actualizado: 5 de mayo de 2025


Dunstan estaba ya decidido a este respecto, y en el momento en que vio brillar la luz a través de las rendijas de los postigos de Marner, la idea de tener una conversación con el tejedor se le había vuelto tan familiar, que le pareció lo más natural abordarlo en seguida.

Salió del buque con lúgubre mutismo, como si le llevasen á sufrir tormentos mortales. Luego canturreó sordamente, lo que era en él indicio de honda preocupación. No pudo asistir el joven Telémaco á la entrevista, pero rondó por las inmediaciones de la puerta cerrada, alcanzando á oír algunas palabras en voz más fuerte que se deslizaron por las rendijas.

Su coco es el urbano: no se sabe por qué le ha tomado miedo; pero que se le tiene es evidente: semejante a aquel loco célebre que veía siempre la mosca en sus narices, tiene de continuo entre ceja y ceja la anarquía: y así la anda buscando por todas partes, como busca Guzmán en La Pata de cabra las fantasmas por entre las rendijas de las sillas.

Cesó el peligro una vez franqueado el agujero de salida, y faltaba ya tan sólo subir á la última buhardilla de aquella misma casa, que era donde Gilito vivía. Todo era entrada en aquella miserable habitación abierta á todos los vientos, y los ratones la invadieron por rendijas, grietas y agujeros, como se invade una ciudad ya desmantelada.

Cuando el amo se cansó de dormir saltó del lecho. Ni el más tenue resplandor entraba por las rendijas. Creía haber dormido doce horas lo menos, pero aún era de noche. Abrió una ventana, y su cabeza tropezó cruelmente en la obscuridad; intentó franquear la puerta, y no pudo.

De las cerradas y silenciosas casas salía el hálito de la crápula barata, ruidosa y sin disfraz: un olor de carne adobada y putrefacta, de vino y de sudor. Por las rendijas de las puertas parecía escapar la respiración entrecortada y brutal del sueño aplastante después de una noche de caricias de fiera y caprichos amorosos de borracho. Pepeta oyó que le llamaban.

No era obstáculo para esto la niñez, más bien moral que física, de D. Diego, pues siendo entonces costumbre emparentar lo más pronto posible a los mayorazgos, los casaban fresquitos y antes que tuvieran tiempo de asomar las narices por las rendijas de la puerta del mundo, donde, al decir de D. Paco, no había sino perdición y desvanecimiento para la juventud, porque las dulzuras de la copa de los placeres duraban breves instantes, mientras que sus amargas heces trascendían por luengos años.

Unas tablas viejas cierran un portal ancho; por las rendijas se columbra un patio lleno de escombros, y entre el cascote, ante paredes desmoronadas, se yergue una arquería de medio punto, sostenida por elegante columnata dórica. Estoy a espaldas del palacio que muestra su fachada a la plaza principal.

Únicamente sabemos que estas lavas se escapan á veces de las grietas del suelo y corren por la superficie. Lo mismo los granitos, los pórfidos y otras rocas semejantes habrán brotado de las rendijas de la corteza terrestre como se escapa la savia de la herida de un vegetal.

En el mismo punto se fué al alcázar, evitando pasar por el sitio donde se suponía muerto al bufón; se había metido entre sábanas, y había pasado la noche con la cabeza tapada y con fiebre. Por la mañana se durmió y despertó á las diez. Al ver entrar el sol por las rendijas de la ventana de su dormitorio...

Palabra del Dia

bagani

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