United States or Italy ? Vote for the TOP Country of the Week !


»Recordé la recomendación de su padre, y seguro de que estaría muy cerca velando por su hija, me levanté para ir a sentarme al piano. Con las puertas abiertas podía yo ver desde allí a Magdalena, que en medio de los cortinajes que servían de marco a su figura, parecía un cuadro de Greuze. Vi que me hacía una seña con la mano; púseme el papel delante y me preparé a tocar.

La noche que siguió a mi hazaña ecuestre, Pepita me recibió entusiasmada, e hizo lo que nunca había querido ni se había atrevido a hacer conmigo: me alargó la mano. No crea Vd. que no recordé lo que recomiendan tantos y tantos moralistas y ascetas; pero, allá en mi mente, pensé que exageraban el peligro.

El Puente del Diablo es un antiguo puente medioeval que hay cerca de Lucca expliqué rápidamente, y luego recordé la cara grave del monje capuchino, que vivía en el silencioso monasterio próximo a dicho paraje. Pero en ese momento toda mi atención estaba dedicada a aclarar el enigma, y no tenía tiempo para reflexionar.

Con maña y disimulo supe introducir bien en su mente la idea del poderío de éste. Recordé al obispo Tal, al prebendado Cual, al ministro de la Rota D. N., amigos antiguos suyos. Sin decírselo, logré convencerle de que todos ellos le debían el cargo que ocupaban.

Mi primer impulso fue negarme a mostrárselas, pero después recordé que era uno de los más grandes peritos que había en estas materias, y, por consecuencia, saqué el pequeño paquete del sobre en que lo había puesto. ¡Ah! exclamó en el momento que las tuvo en su mano y las recorrió rápidamente. Este es el más complicado y difícil de los enigmas cifrados, señor Greenwood.

Y entonces recordé, uno por uno, todos los malos ratos que había pasado yo en la casa del jurisperito, y en los cuales no reparé nunca, aunque no fueron pocos.

Mientras estaba allí parado en la penumbra silenciosa de la majestuosa iglesia, mirando aquella obscura figura misteriosa que se paseaba pacientemente a lo largo de la nave, esperando al que no vendría nunca más, recordé lo que en esa lejana noche, había despertado en un extraño sentimiento de disgusto contra él. En breves palabras referiré el incidente.

Buenas noches me dijo Machín burlonamente. Seguí cultivando mi estoicismo; recordé que debía tener un cortaplumas en el bolsillo, y esta idea me animó a esforzarme para soltar la ligadura de las manos. La noche estaba tan negra que no veía dónde ni cómo me encontraba; tenía miedo de caer al mar en un movimiento brusco.

Recuerdo que su majestad estaba vestida de blanco, y que don Rodrigo tenía un bello jubón de brocado; el traje de la reina me extrañó, porque recordé que cuando entramos á desnudarla tenía un vestido negro. Pero... ¿cómo... á propósito de qué conspiran... la reina y don Rodrigo contra el duque Lerma?

Y por una de esas reacciones que deshonran en un instante los mejores impulsos, recordé esas estatuas apoyadas en un soporte que las mantiene en equilibrio y que caerían inevitablemente si les faltara aquel punto de sustentación. Por entonces me comunicó Agustín la realización de un proyecto que aquel honrado corazón acariciaba desde largo tiempo; ya recordará usted que lo tenía anunciado.