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Actualizado: 21 de octubre de 2025


Hace ocho días que no se ha dejado ver ni ha dado señales de vida. ¡Si habitara en la luna, no vendría con más rareza! El señor Hellinger refunfuñó algo en su barba y se preparó a tomar su larga pipa. Parece que todavía hay algo que no va bien, continuó ella. En estos últimos tiempos, sobre todo, se ha vuelto tan raro: suele dar vueltas en mi derredor sin decirme una palabra amable.

Y ella reía pensando en la cara de Fermín, en lo que diría después cuando viniese a la viña y se encontrara con Salvatierra, que de tarde en tarde visitaba con cierto recato a su antiguo amigo el capataz. Rafael habló entonces de Salvatierra, de su inesperada visita al cortijo y de la rareza de sus costumbres. Ese buen señor es una excelente persona, pero está algo chiflao.

Los estampaba en forma de lista con anotaciones; les asignaba una edad, señalaba los rasgos fisonómicos de cada uno, su carácter, alguna originalidad, una rareza, algo ridículo. Era el personal imaginado para los dramas o las comedias. Escribía muy de prisa, con una caligrafía simétrica, muy clara, y parecía dictarse los escritos a media voz.

Cierto, que, en nuestros días es muy corriente decorar y amueblar las casas con objetos antiguos, pero esto no se hace, generalmente, ni por el noble afan de salvarlos de la destrucción, ni de recrearse con su vista, ni por el cariño que siente el coleccionista, sino, en la mayor parte de los casos, por pueril vanidad, porque «es de moda y de buen tonocomo hoy se dice, ostentarlos en la propia morada, aunque á sus dueños ni se les alcance su significación ó importancia, ni menos puedan dar razón en caso de apuro, al ser interrogados respecto á las épocas á que correspondan, y por tanto, ni apreciar su mérito ó su rareza.

No pocos de los libros que publican en ediciones elegantes, que jamás ó rara vez tuvieron en España los autores que todo el mundo debiera leer sin aburrirse, son libros que valen por su rareza, y no valen nada en cuanto dejan de ser raros; libros que suele no ver sino por el forro el curioso ó vanidoso que los compra, pudiendo afirmarse que de los trescientos ó cuatrocientos ejemplares de que consta la tirada, las dos terceras partes quedan con las hojas unidas sin que llegue á separarlas la plegadera.

He pensado durante más de cinco minutos sobre el particular, y no se me ocurre cómo bautizar al recien nacido, ¿Es antojo, rareza, extravagancia, ridiculez, lujo, pompa, locura, dilapidacion? No; no es nada de eso separadamente; lo es todo junto, con más otra cosa que no se puede definir, que acaso no se puede imaginar.

Fueme por lo tanto preciso aguardar en Munich a que la señora de Sieboldt tuviera ocasión de hacer llegar a mis manos la tragedia japonesa. ¡Rareza humana! Esos buenos bávaros, que tanto nos vituperaban por no haberles ayudado en esa guerra, no experimentaban la más mínima animosidad contra los prusianos.

No hay muchos casos como yo, bien lo sabes; ni de estos tipos que jamás, ni antes ni después de casados, tuvieron trapicheos, entran muchos en libra. Cada cual en su época. Juanito, en la suya, no puede ser mejor de lo que es, y si te empeñas en hacer de él un anacronismo o una rareza, un non como su padre, puede que lo eches a perder.

Palabra del Dia

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