United States or Italy ? Vote for the TOP Country of the Week !


Luego se quitó de cuentos, y cogiendo a la pobre modista por un brazo, la plantó en la calle, sin darle tiempo a que se pusiera la mantilla. ¿Has visto qué pedazo de bárbaro?... Milagros se desmayó. Tuvimos que aplicarle éter y qué yo qué más cosas... En fin, por sacarla de este compromiso, he tenido que traerme a casa las telas y la modista para hacer aquí la labor.

5 Mas si vosotros os engrandeciéreis contra , y redarguyeres mi oprobio contra , 6 sabed ahora que Dios me ha derribado, y me ha envuelto en su red. 8 Cercó de vallado mi camino, y no pasaré; y sobre mis veredas puso tinieblas. 9 Me quitó mi honra, y quitó la corona de mi cabeza. 10 Me arrancó por todos lados, y me sequé; y ha hecho pasar mi esperanza como árbol arrancado.

No pude continuar y bajé la cabeza. Mi padre se agitó en su sillón, creyendo que estaba yo llorando, y dijo: Ahora lágrimas; el argumento supremo de las mujeres. ¡No llores, voto va! Se quitó el gorro y lo lanzó al otro extremo de la habitación. Después se dulcificó.

Pedí yo de beber, que los otros, por estar casi en ayunas, no lo hacían, y diéronme un vaso con agua, y no le hube bien llegado a la boca, cuando, como si fuera lavatorio de comunión, me le quitó el mozo espiritado que dije. Levantéme con grande dolor de mi alma, viendo que estaba en casa donde se brindaba a las tripas y no hacían la razón.

Sabed que al hombre, como al hierro, hay que pedirle las cosas en caliente, porque pasados en uno el entusiasmo amoroso, y la incandescencia en otro, quedan fríos y duros, y a nada se prestan. Sin embargo, hay hombres de hombres. Don Juan se quitó de la boca el mango de pluma y escribió con letra clarísima cinco mil pesetas.

Yo veo el papel sobre que escribo; reflexiono sobre esta vision, y me la quito cuando quiero y vuelvo á tenerla cuando me agrada; y enlazo esta sensacion con otras, y con mil pensamientos, con mil caprichos, si así me gusta.

La mujer, dejándole solo, se internó por las otras habitaciones gritando: ¡Aixa! ¡Aixa! en el silencio. Al volver, acercose a la pared, y desprendiendo sutilmente una tabla pintada, quitó de aquel modo el tabique interior de una hornacina, abierta en todo el grueso del muro.

¡Ah! es verdad que sabes que yo he matado á ese infame. Pues bien, tengo suerte; la justicia, no por qué ni cómo, ha encontrado daga en mano y sobre el cadáver de Guzmán á Montiño; me quito un muerto de encima. Pero tengo mis proyectos; necesito hablar al cocinero de su majestad. Conque la orden. Entra dijo el duque, á quien como sabemos tenía sujeto el bufón.

Hubiera querido continuar para que Nancy se irritara contra él; era una tranquilidad y una firmeza tan exasperantes. Pero al fin y al cabo todavía no le era indiferente. La entrada de Priscila, que se precipitó diciendo: «¡Dios mío! Dios, veamos, hija, qué tiene ese vestido», le quitó a Godfrey la esperanza de una querella. Supongo que ahora debo irme le dijo a Priscila.

Y el primero que llegó, que era un alcalde viejo, aunque él le dio a besar la cruz bien delicadamente, se abrasó los rostros y se quitó presto afuera. Lo cual visto por mi amo, le dijo: "¡Paso, quedo, señor alcalde! ¡Milagro!" Y ansí hicieron otros siete o ocho, y a todos les decía: "¡Paso, señores! ¡Milagro!"