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Actualizado: 4 de junio de 2025


Como entre la comedia The elder Brother, de Fletcher, y la de Calderón, De una causa dos efectos; entre la Twelfth Night de Shakespeare, y la comedia anónima La española en Florencia; entre la Maid of the Mill, de Beaumont y Fletcher, y La quinta de Florencia, de Lope; entre la Duchess of Malfy y El mayordomo de la duquesa de Amalfi, de Lope de Vega.

Beatriz de pronto, como quien toma una brusca resolución: ¡Márchese, se lo ruego!... Pero antes quiero darle algo para ella. Y se dirigió con rápido paso hacia la quinta. Su departamento personal, compuesto de un gran salón, gabinete y dormitorio, ocupaba toda la planta baja. La habitación de Jacques y de Marcela estaban en el primer piso.

La señora Eusebia protestaba. ¡Rica ella!... Mentiras de las gentes; invenciones de Coleta y otros borrachos; manías del tío Polo, que la buscaba por esto desde que quedó viuda, y ya llevaba muertas cuatro mujeres, proponiéndole a ella que fuese la quinta. Era una pobre; no tenía nada.

Tended el vuestro cuanto podáis y lanzad la flecha lo más lejos que alcance. Mi dardo la dejará muy atrás. Marca las distancias, Arnaldo, clavando en tierra una pica á cada cien pasos y espérate junto á la quinta para recoger y traerme mis dardos. Hízolo así el soldado y momentos después partía silbando la flecha de Yonson. ¡Más allá de la cuarta pica! gritó Simón.

En la jornada quinta aparece Febea suplicante, y tras ella el marqués con la espada en la mano; le ruega que perdone á su amante, confiesa su amor, y protesta de su inocencia.

El alto comercio y la industria respondió victoriosamente la Bonnetable, tienen otras pretensiones que las que usted puede atribuirles. ¿Qué son 10.000 pesos para un industrial o un comerciante tales como usted los concibe?... Una gota de agua. ¿Y 2.000 pesos preguntó Francisca con un candor inimitable, qué serán entonces?... Serán la quinta parte de una gota... Una miseria.

Don Rosendo, al cabo de otro rato, alzó el sable... Villar, instantáneamente dió otro brinco verdaderamente sobrenatural, que sobrepujó en mucho al primero. Creyeron que salía de la quinta. Los testigos se miraron todavía con mayor asombro. La pelea duró, en esta forma, más de media hora. Durante ella, don Rosendo gritó una vez: ¡Alto! ¿Qué hay? preguntaron los testigos acercándose.

Grande y hermosa es Córdoba, pero bella y grande es tambien la nueva ciudad de la paz, la rica y voluptuosa Bagdad, que Abu-Giaffar Al-mansur confió á las zalamas del Tigris en el asiento mismo de una poética quinta regalada por Cosroes Anuschirevan á su querida.

A veces se aparecían también, a guisa de sorprendentes cometas, las ricas cubanas de Amézaga, con sus sombreros extraordinarios, sus sombrillas monumentales y sus atavíos caprichosos, destilados siempre a la quinta esencia de la moda. Pilar las distinguía de cien leguas, por sus famosos sombreros, imposibles de confundir con otro tocado alguno.

Ella se resiste. El se enamora al fin seria y honradamente y se hace también cristiano. Y después de algunos lances y aventuras, el caballero y la muchacha se casan como Dios manda y se van a holgar en una hermosa quinta que en Sicilia poseen. Estos son los héroes y protagonistas y este el asunto principal de la novela.

Palabra del Dia

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