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Actualizado: 18 de mayo de 2025


Es cierto que la sola experiencia no nos hace conocer la necesidad, porque limitándose á hechos particulares, todos contingentes, no se extiende á la razon universal de los objetos; pero no se verifica lo mismo de la experiencia considerada objetivamente, esto es, en cuanto al conocimiento de las razones generales de las cosas: porque si bien este conocimiento considerado subjetivamente, como un acto individual, es un hecho contingente, sin embargo, en cuanto existe, nos representa verdadera necesidad en ciertos objetos, á no ser que queramos renunciar á la certeza de todas las ciencias, inclusas las matemáticas.

Al cabo de un momento, Julia, metiéndole la boca por el oído, le dijo muy quedo: Mira, vamos a sentarnos al sofá y podremos hablar lo qué queramos... Lo haremos con disimulo; aguarda un poco. Y después de acercarse al balcón y echar una ojeada a la calle, dijo en voz alta: Miguel, no has visto los retratos que nos hemos hecho últimamente mamá y yo, ¿verdad?

Tal es el risueño porvenir que yo me finjo, pero no he de negar qué está muy remoto. Todo es relativo, según decia D. Hermógenes. Los sabios modernos dan millones de años de existencia á este mundo en que vivimos. La vida, el protoplasma, la monera, ó como queramos llamarlo, apareció también mucho tiempo ha.

El bufón se sentó en un taburete de pino, y dijo á Quevedo: Ahora podemos hablar de todo cuanto queramos: mi aposento es sordo y mudo. Sentáos en ese viejo sillón, que era el que servía al padre Chaves para confesar al rey don Felipe II. Siéntome aunque me exponga á que se me peguen las picardías del buen fraile dominico dijo Quevedo sentándose.

Aquí se comprende de un modo irresistible, aunque no queramos, que luego que las formas nos hieren con la emocion de la belleza, todas son igualmente artísticas. Se comprende de un modo irresistible que no hay más que un arte, porque no hay más que una naturaleza que nos ofrece el original de lo bello, porque no hay más que un corazon para leer aquel original.

Si un príncipe poderoso, si un banquero ó si varios capitalistas, ó si una compañía por acciones, fundase este teatro, yo doy por cierto que merecerían aplauso y gratitud de la patria y que no perderían su dinero, porque, si bien no hay mucho en España, la gente es espléndida, gusta de divertirse, y el teatro modelo, ó de lujo, ó como queramos llamarle, estaría lleno siempre.

La decadencia, la postración, la degeneración, o como queramos llamarla, no es, por consiguiente, absoluta, sino relativa.

¡Bah! respondió Carmen todas nosotras somos lo mismo, aunque no queramos confesarlo... Vivimos de soñar en el amor. Y la actitud seria y el tono reflexivo de sus palabras, contrastaba con la apariencia de criatura de quince años que ella tenía. Lástima dijo Zoraida que Julio no haya oído las historias de abuelita, él que sólo se interesa por las cosas ideales.

Cabra los miraba, y decía: "Coman, que mozos son y me huelgo de ver sus buenas ganas." Mire vuestra merced qué buen aliño para los que bostezaban de hambre. Acabaron de comer, y quedaron unos mendrugos en la mesa y en el plato unos pellejos y unos huesos, y dijo el pupilero: "Quede esto para los criados, que también han de comer; no lo queramos todo."

Me mueve a poner aquí las anteriores reflexiones la lectura de una novela o como queramos llamarla, obra de D. José Nogales, y cuyo título es El último patriota.

Palabra del Dia

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