United States or Cambodia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Ella le acarició, prometiéndole un regalo para más tarde, y como algunas lágrimas ardientes cayesen entonces sobra la piel tigresa del animal, volvió éste hacia la niña sus ojos mortecinos llenos de mansedumbre y le dijo algo piadoso en su bárbaro lenguaje; después lamió con delicia las gotas cálidas del llanto y tornó a sus arqueos y a sus ronquidos amistosos.

Cuando halló a Pablo, le dijo reservadamente: Contigo puedo hablar con franqueza. Eres un hombre y sabes bien que hay en la vida cosas inevitables. Acaban de irse los padrinos del Duque, y acabo de engañar a Cecilia prometiéndole no batirme. Como comprendes, eso es imposible...

Usted será cómico en fin, o se han de olvidar las reglas que hoy rigen en el ejercicio. Diciendo estas y otras razones, despedí a mi candidato, prometiéndole las más eficaces recomendaciones.

Mas esta dicha no brotó en su alma al calor de la fe, ni se esperanzó su buen deseo con lo que podría hacer manejando las divinas armas que le serían concedidas, sino que nació del contacto producido por la docilidad con que acogió las palabras que tantas veces había escuchado prometiéndole, en cuanto fuese sacerdote, la supremacía sobre los otros hombres.

Por último, a fuerza de ruegos logramos calmarla un poco, prometiéndole yo acudir al lugar del suplicio a cumplir tan triste obligación.

Salvador, deseando esquivar en aquel momento la persecución de las señoras, se despidió de Carmen aceleradamente, prometiéndole volver muy pronto y haciéndole prometer que, entretanto, ella le escribiría con reserva, poniéndole al corriente de su situación, sobre la cual era preciso resolver en definitiva. Era aquél un día de emociones en Rucanto.

Se contentó con rogar á su maestro que no se volviese á Villabermeja, que siguiese frecuentando la casa de Doña Blanca y que tratase de desvanecer todo recelo en dicha señora, prometiéndole no hablar con Clarita de la proyectada boda ni decirle nada en contra de los deseos de su madre. El Comendador quería meditar, y meditó largamente, sobre el asunto.

Don Tello, entre sospechoso y alegre, acoge la proposición del Rey; éste le presenta una espada para defenderse, y se separa de él, prometiéndole volver. Poco después entra por otra puerta, y, alterando de nuevo su voz, insulta á Don Tello que no reconoce á su libertador. Sacan las espadas; la victoria permanece largo tiempo indecisa, hasta que al fin es desarmado Don Tello.

Stein aprobó mucho la propuesta y alcanzó de Marisalada que se prestase a ponerla en ejecución, prometiéndole en cambio ir a verla todos los días y divertirla con la flauta. Las disposiciones que aquella criatura tenía para la música, despertaron en ella una afición extraordinaria a su cultivo, y la habilidad de Stein fue la que le dio el primer impulso.

Y la gitana alejábase hacia la puerta de Toledo, combinando, en las tortuosidades de su trapacera imaginación, el medio de jonjabar a algún payo que le deparase la buena suerte, de sacarle el dinero, prometiéndole, por medio de sortilegios, el premio gordo de la Lotería.