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Actualizado: 12 de junio de 2025


Antes habia mendicidad; no habia más que eso; no habia más que una cosa: ahora hay dos. La mendicidad, y una estéril y vana prohibicion.

Según la cuenta del Mayordomo, todos los gastos del hospedaje montaron á 278 mrs. y 5 dineros, corta suma en verdad, que solo podemos esplicarnos por la sobriedad de costumbres de la época, más bien que por exigencia de la religión de los huéspedes, que, como se ha visto, no tenían escrúpulos en «empinar el codo» á pesar de la prohibición coránica.

Se ha proyectado en otros tiempos estender ese estanco á todas las provincias del Archipiélago; pero no se ha llevado á efecto, porque las autoridades han considerado que los productos de varias islas no compensarian los gastos de administracion y resguardo del ramo; pero este cálculo es muy errado, porque ademas de que esa falta de productos es un mal pasajero en los primeros años del establecimiento de los estancos, y hasta que estos no se regularicen, la sola prohibicion de sembrar libremente tabaco en las islas exentas hasta hoy, estinguiria el foco del gran contrabando que se hace en las provincias de la isla de Luzon, y este solo aumentaria un doble cuando menos los consumos de los estancos de ésta.

Los tíos de Carmen y la señora Angustias trataban del asunto siempre que se veían; pero a pesar de esto, el torero apenas entraba en casa de la novia, como si le cerrase el camino una terrible prohibición. Preferían los dos verse por la reja, siguiendo la costumbre. Transcurrió el invierno. Gallardo montaba a caballo e iba de caza a los cotos de algunos señores que le tuteaban con aire protector.

»La circunstancia que hay también extraña es que, siendo lo natural que para ir á Alcalá desde Navalcarnero se pase por Madrid, siempre, por expresa prohibición de su padre, ha pasado junto á Madrid, dejándole á alguna distancia á la izquierda, cuando ha ido á Alcalá.

¡Magnífico! dijo Castro . Casi eres un poeta al describir nuestra vida futura. Me has convencido. Vamos á ser felices. Pero no olvido tu permiso para la hembra y tu prohibición de la mujer. ¡Nada de faldas en Villa-Sirena! Hombres nada más, monjes con pantalones, egoístas y tolerantes, que se reunen para vivir dulcemente mientras arde el mundo.

Poco tiempo hubo también de observarse la prohibición de representarse ninguna obra sin la censura previa, cuando en el primer volumen del Don Quijote se habla de esta medida, digna de ser aplicada, pero sin observancia en España, ó, á lo menos, en una gran parte de ésta ; y en una novela, impresa en 1625, aunque, al parecer, escrita mucho antes , se dice expresamente, que sólo en Aragón, no en lo restante del reino, se guarda la costumbre de someter á la aprobación de las autoridades las comedias que han de representarse.

Al informarme del motivo de cosa tan singular, me hizo saber el R. P. Fernández que, entre las condiciones estipuladas por la ley de enseñanza pública de Formosa, tanto para las escuelas del gobierno como para las privadas, existe la prohibición absoluta de educación religiosa y de ostentación de imágenes y objetos de culto.

Al recordar las obras mencionadas, es fácil de ver que el movimiento retrógrado, que se verifica en el teatro español desde 1520, se acelera hacia mediados del siglo. La prohibición que alcanzó á la Propaladia en 1540, contribuyó con más fuerza á la decadencia de la literatura dramática. Hablamos de

D. Laureano hacía valer mucho esta prohibición para sacarles lindamente los cuartos: en realidad, importábale tan poco que jamás se le había pasado por la mente enajenar su grata libertad. Aborrecía de muerte el matrimonio y la familia. Cuando algún amigo se casaba, considerábale como un suicida.

Palabra del Dia

rigoleto

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