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Actualizado: 17 de junio de 2025


8 No recuerdes contra nosotros las iniquidades antiguas; anticípanos pronto tus misericordias, porque estamos muy pobres. 9 Ayúdanos, oh Dios, salud nuestra, por la honra de tu Nombre; y líbranos, y purga nuestros pecados por causa de tu Nombre. 11 Entre delante de ti el gemido de los presos; conforme a la grandeza de tu brazo preserva a los sentenciados a muerte.

Este buen Alcaide tenía por aquel año bajo su custodia un número considerable de presos acusados del resello de moneda, los cuales eran gente levantisca de suyo, que unída á los valentones, ladrones y demás gentualla, traían de contínuo revuelta la prisión, célebre con grandes escándalos y pendencias.

«El deseo que el pueblo tenía de saber la resolución que se tomaba en las causas del Maestro Juan de Villalpando y de Catalina de Jesús, que habían sido presos por este Santo Oficio muchos días había, lo movió de manera que con ser este Auto particular, vino á ser el más solemne y de mayor concurso de gente, así de la ciudad como forastera, que jamás se ha visto en otro; pues con ser muy grande la distancia que hay desde las casas del Santo Oficio hasta el dicho convento y la Iglesia de él, que es de las mayores de esta ciudad, hubo gran dificultad en pasar los presos y el acompañamiento del Santo Oficio por las calles y en entrar en dicha Iglesia, según todo estaba ocupado de gente que se había prevenido y tomado lugar desde la media noche

Su madre le adoró, como si estuviera engendrado mediante sacramento; pero las gentes del lugar, cuando niño, le miraron con lástima, cuando adolescente le mofaron y de mozo le escarnecieron. Cada vez que pasaba por la aldea una cuerda de presos, le decían las chicas: Juan, ¿será tu padre alguno de esos?

Nota. El cual entra mañana en capilla. Cantad la salve de los presos». Aunque las recetas eran de burlas, no desestimaba Isidora la prudente lección contenida en ellas. Hizo propósito firme de trabajar, de poner en olvido ciertas cosas, originarias de su perdición, y de acortar los orgullosos vuelos de su alma.

¡Pues se destruyen! contestó fríamente Simoun. ¿Y el dinero para pagar á los trabajadores...? No se pagan. Con los presos y los presidiarios... ¡Ca! ¡no hay bastante, señor Simoun!

La madera costó un dineral, porque los caprichos de los presos se pagaban. El dinero de Ugarte quedó reducido a unas pocas monedas. No se desconfió de la petición, y Allen hizo seis tablas delgadas, aunque bastante resistentes, que guardaba con autorización de un vigilante en la toldilla de popa.

La muchedumbre levantaba incesante y áspero rumor, sobre el cual se alzaban los gritos de los pregoneros anunciando «la salve que cantan los presos a los reos que están en capilla», y «el extraordinario de La CorrespondenciaUna fila de carruajes marchaba lentamente hacia la Red de San Luis. Los cocheros, arrebujados en sus capotes raídos, se balanceaban perezosamente sobre los pescantes.

41 Pero dando en un lugar de dos aguas, hicieron encallar la nave; y la proa, hincada, estaba sin moverse, y la popa se abría con la fuerza del mar. 42 Entonces el acuerdo de los soldados era que matasen los presos, para que ninguno se fugase nadando.

Los presos contestaron rezando con fervor. Algunos soldados hicieron lo mismo. Después siguieron caminando en silencio, sin que se escuchase más que el ruido de su fatigosa respiración, y tal vez que otra las quejas de los heridos, no muy bien acomodados en sus parihuelas.

Palabra del Dia

rigoleto

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