Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 10 de octubre de 2025


Los sucesos políticos le obligaron á olvidar momentáneamente sus tristezas amorosas. El «viejo barbón» fué derribado de la presidencia de la República por varios generales, antiguos amigos de él y de Martínez.

Cogióla Leopoldina Pastor por las faldas, al pasar por su lado, y quiso obligarla a sentarse entre ella y Carmen Tagle... Era necesario escarmentar a aquellas indecentes radicalas que estaban allí con la boca abierta, dándose pisto, soñando quizá con la presidencia... ¡Míralas, qué retablo!...

Una asamblea, convocada cinco días después de esa batalla, declaró que el territorio de la antigua presidencia de Quito quedaba incorporado a la Gran Colombia de Simón Bolívar, formada de Colombia, Panamá, Venezuela y Ecuador. Esta unión se disolvió en 1830, año en que una asamblea constitucional dictó la constitución de la república del Ecuador.

Precisamente su protector de los tiempos revolucionarios, aquel personaje del que había tenido que defenderse con el látigo, figuraba entre los gobernantes provisionales y era uno de los que aspiraban á la presidencia de la República.

Cuando triunfamos, y los jefes del ejército revolucionario ocuparon la presidencia de la República, los ministerios y demás sitios públicos, mi suerte empezó á afirmarse. Escribí en los diarios del nuevo gobierno cuando había que insultar á los enemigos ó hacer al país brillantes promesas. ¡El dinero que gané en aquellos tiempos, no muy lejanos, pero que me parecen ya remotísimos!...

Las miradas de todos, después de escrutar las alturas de la cazuela, se dirigieron a la presidencia. Don Rosendo turbado aún, y con voz algo enronquecida, dijo: Señores: Si con esas palabras se quiere manifestar que yo, al convocar esta reunión, he abrigado algún pensamiento bastardo, mi delicadeza no me permite continuar en este sitio, y me retiro... ¡No, no! ¡Que siga! ¡Viva el presidente!

La de Ricardo, el esposo de mi amiga, proviene igualmente de su abuelo, el señor Pérez, uno de los primeros registreros de la calle Rivadavia, allá por los tiempos de la presidencia de Sarmiento.

El duelista de la derecha: M. de Cassagnac; el de la izquierda: M. Perrin. La tribuna de la prensa estaba debajo de la del cuerpo diplomático. En la misma fila están las destinadas a la presidencia de la República, a los presidentes de la Cámara y Senado, a los miembros del Parlamento, etc: todos los dignatarios tienen su tribuna especial.

Se quitó la montera ante la presidencia para brindar. ¡Olé! ¡olé! Nadie oyó una palabra, pero todos se entusiasmaron. Debía haber dicho cosas muy buenas. Y el aplauso le acompañó cuando se dirigía hacia el toro, cesando con un silencio de expectación al verle próximo a la fiera.

No vale la pena de obtener una presidencia si luego no gozamos de esas mil manifestaciones con que los demás celebran nuestro triunfo. ¿Crées que lo celebran? Bueno; lo celebren o no, hacen como que lo celebran y nos lo dicen, y ello es siempre halagador para nuestros oídos. Por mi parte ¡qué quieres, Marianela de mi alma! no me explico ese silencio, ni esa reclusión, sin dejarse ver de nadie.

Palabra del Dia

sueldos

Otros Mirando