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Don Rosendo, poseído de vivo dolor, no quiso ver el cadáver de su hijo político. Se encerró en su cuarto; pero dispuso que se le colocase en el mejor salón de la casa sobre una mesa cubierta de terciopelo, que se trajesen de todas partes flores y coronas, y se preparase un entierro suntuoso.

Nada, que no parece; hemos perdido la llave del armario o de la alacena... y aquí me tienes muerta de hambre. A ver, a ver, dame algo, socarrona; o meriendo, o me caigo de hambre. Dos veces a la semana se jugaba en su casa a la lotería o a la aduana. Se dejaba un fondo para una merienda en el campo; se nombraba una comisión para que lo preparase todo.

El corazón le palpitaba de alegría cuando el inspector le avisaba para que se vistiese el uniforme y se preparase a salir.

Evidentemente, hay en esto una flagrante contradicción. Para aceptar un matrimonio de este género era necesario que nos preparase a él una educación especial, la de otro tiempo. Entonces se formaban generalmente «tipos flácidoscomo dice el presidente Roosevelt, de esos tipos propios para recibir cualquiera impresión.

Elena, también confusa, le explicó que había llegado hacía pocos días para reponerse de una ligera fiebre que había padecido y le suplicó que le preparase una poción calmante para dormir que en otro tiempo, cuando vivía en el Escorial, le había probado muy bien. Vilches se apresuró a complacerla. Mientras duró la confección charlaron.

Este plan era más de doña Luz que de D. Jaime. Mucho le pesaba tener que separarse de su marido, aunque fuese por muy breve tiempo; pero tenía grande encanto para ella el que D. Jaime mismo preparase a su gusto la casa en que había de recibirla, y donde ella se proponía vivir con modestia y sin frecuentar paseos, teatros y tertulias, para no ser gravosa gastando.

Y como tampoco había por allí mujer tan dispuesta para preparar y dirigir los festines, con tiempo comprometió a Juana a fin de que desde dos días antes de la llegada del obispo se viniese a su casa, sin volver a la casa propia sino para dormir, y lo preparase y dirigiese todo. Juana prometió hacerlo así y lo cumplió muy gustosa.

Tiénele preocupado y melancólico el sinnúmero de matrimonios que le piden y que no puede dar, así como el mal éxito de los que concedió generosamente el año pasado. Prepárase á recibir cantidad mediana de solicitudes pidiendo novios y no pocas demandas de buenas novias. ¡Ay! él es tan bueno que está dispuesto á darlas, y las daría si las hubiera.

Por último, como no era posible que guardara mucho tiempo cualquier sentimiento que la agitase, dijo con una resolución severa, como si esperase oposición y se preparase a reñir: Mira, no quiero que vayas al baile. ¿Pues? Porque no. Callé un momento y sonreí, viéndole arrugar su linda frente y desviar la vista hacia otro sitio, cual si temiese flaquear en su determinación fijándola en .

Tratábase a cuerpo de rey constitucional; los mejores caldos de la cosecha, los más preciados sólidos del mercado iban a sus despensas, ya por encargo propio o por atención ajena; el pavo mejor cebado y el gazapillo más tierno eran para él; las frutas que se le presentaban parecían regalos para las aras de la antigua Ceres, y era raro el día en que la piadosa mano de alguna devota no preparase para Su Ilustrísima un platito de dulce espolvoreado de canela, aroma a que, como buen andaluz, era muy aficionado.