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Actualizado: 6 de mayo de 2025


Ferpierre opinaba que si la narradora no hubiera sido feliz, si hubiera visto que se había engañado al casarse con el Conde d'Arda, lo habría confesado sincera, completamente; pero ya una vez había reconocido que sentía algo que no podía escribir, y sin duda no habría declarado redondamente su engaño, pudiendo creerse también que, en vez de velarlo habría preferido no escribir nada: el silencio habría sido entonces más elocuente.

Le pregunté por qué no había ido a pasar una temporada en Brighton o en algún otro punto de la costa Sud, como le había indicado antes, pero me replicó que había preferido quedarse en su casa, y que, hablando francamente, había estado esperando con impaciencia mi llegada.

Verónica hubiera preferido otro rumbo: Vichy, por ejemplo; y no porque Pepe Guzmán se hubiera despedido para aquellas aguas, que tomaba todos los años para curar ciertos desarreglos de su estómago, puesto que la había dado su palabra de encontrarse con ella «donde menos lo pensara», sino porque... «cada cual tiene sus gustos».

Está visto que hoy no he de dar ningún palo en la romería. Pedro sonrió. Quiso decir algo, tal vez una galantería; movió un poco los labios; se puso encarnado... y no dijo nada. Por más que disimules, Pedro, no puedes ocultar que vas á disgusto conmigo. Vamos, la verdad, ¿no hubieras preferido ir solo?

Don Víctor agradecía en el alma aquella solicitud doméstica, pero en lo que tocaba a él hubiera preferido que las cosas siguiesen como hasta allí.

Quizá no habría vendido a Relámpago esperando otra ocasión; quizá, a causa de la niebla de la tarde, había preferido refugiarse en la posada del León Rojo de Batterley, para pasar allí la noche, si la cacería lo había retenido en las cercanías, porque no era muy probable que se sintiera muy contrariado por dejar a su hermano en la incertidumbre.

Hubiera preferido para aquella empresa un cielo en que sólo brillasen las constelaciones hablando al espíritu de los muertos tutelares, del amor, del glorioso destino. La luna era trágica, espectral, agorera. Su resplandor hacía pensar en mortajas errantes, en animales endemoniados, en fantasmas de monjes que celebraban los oficios entre las ruinas de los conventos demolidos.

M. de Lamartine era el que debía posesionarse de la inmensa fortuna de mi familia: estaba enamorado de la señorita de Saint-Huruge, pero no siendo ésta suficientemente rica, el matrimonio no se llevó a cabo, y él ha preferido el celibato a casarse con otra mujer.

Se me ocurre que ella ha sospechado. "Y yo conservo por Adriana, cosa curiosa, una simpatía íntima, mientras comprendo que toda la desdicha me viene de ella. Ya ni yo misma me entiendo. Hubiera preferido mil otras rivales. Es muy extraño que no la pueda odiar ni tampoco dejar de quererla mucho. Si ella supiera el amor mío por Julio, estoy segura que tampoco me perdería el cariño.

Tiene al fin la dicha de encontrarlo y de casarse, pero no tarda en desengañarse de su error y en arrepentirse de no haber preferido al necio, puesto que, en vez de dominarlo, tiene siempre que seguir ciegamente su dictamen. Afortunadamente enviuda pronto, y acepta la mano del primer pretendiente.

Palabra del Dia

bagani

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