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Actualizado: 4 de julio de 2025
Cuando el poeta se propone tan sólo representar las cosas y los fenómenos relativos á ella, traza únicamente los rasgos más próximos y generales; pero, ¡con cuánta frecuencia, cuando la necesidad ó la oportunidad lo exigen, nos sorprende la delicadeza con que diseña al individuo!
Encariñábanse con sus amigos como si fuesen próximos deudos todos. Contábanse de ellas rasgos de abnegación que las honraba extremadamente. Durante la furiosa reacción del año 1823, uno de sus tertulios, teniente de caballería, se refugió, después de cierta intentona abortada, en su casa.
Había allí una luz atenuada, tranquilidad más íntima y sólo tres o cuatro cuadros de gran tamaño. Inquietud, dicha sobresaltada se apoderaron de Adriana. Una suavidad, que recubría poco a poco los objetos próximos, los aislaba del mundo como con un velo.
En el mismo caso de emigración forzosa, las cabañas de Campóo y Polaciones tienen á su disposición, durante la primavera, seles en los montes comunes de abajo, mientras dure la nieve arriba; pero á condición de que no han de pasar las cabañas de los términos más próximos á la nieve.
Este proyectil atravesó el espacio como un bólido semilíquido, cayendo precisamente sobre uno de aquellos jinetes barbudos y de voz atiplada que movían su alfanje para que retrocediese la muchedumbre. ¡¡Chap!!... El caballo dobló sus rodillas bajo el choque, para volver á levantarse encabritado, emprendiéndola á coces con los curiosos más próximos.
Ni las ventanas cerradas con todo esmero, ni las sendas cortinas que sobre ellas se extendían, eran dique suficiente para la luz, que vergonzantemente se colaba por los intersticios de las unas y la urdimbre de las otras. Pero esta luz apenas tenía fuerza para mostrar tímidamente los contornos de los objetos más próximos á las cortinas.
El coche siguió adelante al trote lento de los caballos. Lloviznaba, la noche estaba negra, no brillaba ni una estrella en el cielo. Se pasó una aldea, luego otra. ¡Qué lentitud! exclamó la monja. Es que los caballos son muy malos contestó Martín. Pasaron deprisa otra aldea, y cuando no tenían delante ni atrás pueblos ni casas próximos, Bautista aminoró la marcha. Comenzaba a anochecer.
Luego, de pronto, y en muy pocas semanas, su vida mudó por completo de rumbo. En pueblos y aldeas comenzó a notarse extraña inquietud y desusado movimiento, sustituyendo, a las conversaciones sobre el estado del campo o el cuidado de las haciendas, diálogos que expresaban, no temor, sino esperanza de próximos trastornos. Se sabían con indignación cosas irritantes, y se comentaban con ira.
Sólo exceptuaba de este chaparrón al bueno de D. José, para quien destinaba in mente la plaza de tenedor de libros en cierta casa. Don José, como siempre, la acompañó aquella tarde. Serían las tres y media cuando pasaron por la Puerta del Sol. A medida que se acercaba Isidora a los barrios próximos a San Pedro iba sintiendo turbación tan grande, que creyó le faltarían las fuerzas para llegar allá.
Desde la muerte de mi padre me acompañaban a la mesa dos solteronas, primas de él, y no muy sobradas de recursos, aunque sí de bambolla: los parientes más cercanos que me quedaban por la rama paterna, pues por la materna los había tan próximos y más abundantes, según mis noticias, aunque yo no los conocí jamás, porque, también según informes oficiosos, hubo invencible empeño en ello de parte de quien tenía el deber de empeñarse en lo contrario.
Palabra del Dia
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