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Actualizado: 23 de julio de 2025
Jadeantes, miserables, cubiertos de polvo que en lodo convertía el sudor, sentían derretirse sus cerebros, flotar luces en el espacio, manchas rojas en el aire.
Súbitamente tranquilizada, la bestia se irguió. Era un hombre, un viejo. Otras larvas humanas fueron surgiendo al conjuro de sus gritos, pobres seres que habían renunciado á la verticalidad, que denuncia desde lejos, y envidiaban á los organismos inferiores su deslizamiento por el polvo, su prontitud para escurrirse en las entrañas de la tierra.
El polvo señala sobre las paredes desnudas la marca vertical de los paños; y uno que otro clavo conserva aún hilachas y jirones de terciopelo turquí.
Andando lentamente por el borde del camino y huyendo del polvo como de un peligro mortal, llegó una gran visita: don Joaquín y doña Pepa, el maestro y su «señora». Aquella tarde, con motivo del «infausto suceso» palabras de él , no había escuela.
El Marqués y Galarza llevaron a Peña y don Rudesindo adentro también, mientras Gonzalo daba una vuelta por la huerta. La posesión de Soldevilla se componía de un caserón medio arruinado con pocos y antiquísimos muebles cubiertos de polvo, una huerta bastante grande, más cuidada que la casa, y detrás de la huerta una vasta pomarada ya vieja.
En este caso hace el muslim el tayamun con polvo, ó tierra, ó yerba, ó césped, ó nieve, ó barro, etc. Ahora bien, el tayamun es solo un medio supletorio, y no dispensa de hacer tahara si se ha perdido, y alguado cuando en el término de una hora sea posible hallar agua clara y sitio á propósito para ello. El modo de hacer tayamun consta en el cap.
En la derrota el pueblo valeroso Templa su brazo y su robusta lanza, Para volver despues mas ardoroso Y entre el polvo, la sangre y la matanza, Y entre el humo que envuelve la pelea Desafiar el cañon que centellea.
4 si di mal pago al pacífico conmigo, que escapé mi perseguidor sin pago. 5 Persiga el enemigo mi alma, y alcáncela; y pise en tierra mi vida, y mi honra ponga en el polvo. 6 Levántate, oh SE
El nombre del soberano lo acompañé de una reverencia tan exagerada que casi hube de besarme las rodillas. Pues se dice por ahí indicó Teneyro que van a procesar al obispo de Orense. No se atreverán a ello repuso Valiente, sacando su caja de tabaco y ofreciendo del oloroso polvo a los circunstantes.
Los sillones de oro y sedas estaban removidos, como recordando aún los corrillos de que fueron asiento; los cristales, velados por el polvo de una noche de continuo movimiento; olvidado sobre una butaca un abanico; las bujías de los candelabros, apuradas hasta gotear sobre el terciopelo y el mármol que cubría las consolas, habían hecho saltar con su llama espirante alguna de las arandelas de cristal.
Palabra del Dia
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