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Actualizado: 19 de junio de 2025
Iba a poner en ejecución su propósito, y ya se había sentado y se disponía a tenderse, cuando en la parte misma de su cuerpo con que acababa de tocar la cama, sintió una dolorosa picadura, como si con un alfiler de a ochavo la punzasen, y oyó de nuevo una voz que decía: ¡Tate... que es para mi señor el Príncipe!
Ejecutada la hazaña, a puntapiés mandó los tristes restos a las esquinas de la habitación, de la cual se retiró sin volver atrás el rostro. Tabaco picado A los pocos días supo Amparo en la Granera, convento laico donde nada se ignora, que Chinto andaba pretendiendo ingresar en el taller de la picadura.
Á su retorno era la envidia de los humanistas, no por lo que había navegado, ni por lo que había visto, ni por lo que le habían engordado los puños y crecido las barbas, ni por el ruido sordo que al andar producía con las botas de agua, sino porque traía la picadura de la Habana á granel en los bolsillos del chaquetón, y para hacer un cigarro derramaba en el suelo tabaco para otros dos.
El domingo, primero que allí pasaba el sacerdote, salió muy temprano de casa, dijo misa, dio un paseo largo, comió más tarde que de costumbre, y poco antes de concluir, cuando al levantar el mantel le trajo el ama los fósforos y el bote de picadura, oyó que comenzaba a resonar al principio aislado y débil, luego nutrido y fuerte, el ruido que producían los canteros picando y labrando piedra en el solar vecino.
La zona luminosa de un rayo de sol, bullendo en átomos dorados, cortaba el ambiente, y el molino de la picadura acompañaba las conversaciones del taller con su acompasado y continuo tacatá, tacatá.
Y como esto llovía sobre mojado, porque hacía ya bastantes días que la encontraba despegada, distraída, la picadura era más viva. Castro no estaba enamorado de la esposa de Osorio. Era incapaz de enamorarse. Pero tenía una idea extraordinaria de sus dotes de conquistador y, como consecuencia, un amor propio exagerado.
El alcalde intervino paternalmente. Hombre, es demasiado dijo al patrón . Todo se lo llevan, y los carabineros se quejarán. Dejad al menos algunos bultos para justificar la aprehensión. Nuestro amo estaba conforme. Bueno; haced unos cuantos bultos con dos fardos de la peor picadura. Que se contenten con eso. Y se alejó hacia el pueblo, llevándose en el pecho toda la documentación de la barca.
Por tí en el bosque venceré las fieras; Por tí el furor arrostraré de Marte; Y el rey de las praderas, Cuya bronceada frente Arma ostenta terrible, que figura De nueva luna el disco refulgente, De mi garrocha dura Sentirá en la cerviz la picadura.
Las barrancas de las dos orillas, cortadas y desnudas; la vegetacion mediana y sin elegancia; el sol ardiente que sufoca y devora; la regularidad del trayecto; las plagas infinitas de insectos voladores que hacen salir la sangre envenenada por cada picadura, y la increible multitud de enormes iguanas y lagartos que se arrastran por entre los tostados matorrales de las orillas, todo eso contribuye á entristecer al viajero durante las tres primeras horas de navegacion.
«Para curar el garrotillo no hay mas que raspar la corteza del arbusto Tagum y aplicar á la parte dolorida y se sanara. «Para picadura de cien piés no hay mas remedio eficaz como coger cogollos del arbusto Anmamali y después de calentar un poco en el fuego aplicarlo en la picadura.
Palabra del Dia
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