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Actualizado: 19 de junio de 2025
Y tal fue en efecto el resultado inmediato de aquella conferencia donde, con mejor deseo que diplomacia, había intentado Julián presentar la candidatura de Nucha. Desde entonces el primo gastó con ella bastantes bromas, algunas más pesadas que divertidas.
Después que el ama de la casa le cosió provisionalmente la camisa, y se cubrió con el gabán del médico, mientras Piscis iba a buscar los caballos, salió por los prados de atrae para no ser visto, tanto por la vergüenza que le daba ir vestido con aquel espantoso sayo, como porque creyó escuchar a Valentina, mientras iba con las ansias de la muerte, ciertas palabras pesadas.
Mujer antes de tiempo por las penas, las pesadas cargas y las duras realidades de la vida, Liette seguía siendo una muchacha por su mentalidad, por su corazón y por sus ilusiones, y era caritativo el recordarle de un modo tan hábil que sus veinte años resplandecían también en su cara.
La iglesia, que apartándose del trato de las gentes se elevaba a corta distancia del camino, estaba cerrada, y en torno de la cruz que servía de coronamiento a su veleta revoloteaba una bandada de pájaros. En el camino, húmedo y barroso por la lluvia tenaz que cayera dos días antes, se veían innumerables huellas de herraduras y de pesadas llantas.
El Duque confiado de sus fuerzas, que eran tan superiores á las nuestras, les respondió con palabras tan pesadas, y tan llenas de mil ultrajes y afrentas, que quando no vinieran tan resueltos de apartarse de su servicio, solo esta respuesta les obligára á procurar vengarse.
Esas no son gracias, María; son chanzas pesadas, que sabes que no me gustan dijo incomodada la buena anciana . Dime a mí lo que quieras; pero a fray Gabriel déjale en paz, que es el único bien que le ha quedado. Vamos, no se enfade usted, tía María repuso la Gaviota ; consuélese usted con pensar, que nada tiene de vidrio fray Gabriel, sino sus espejuelos.
Y los mozos, arremangados, inclinábanse sobre el vientre abierto de la bestia, que esparcía en torno regueros de sangre y de orín, pugnando por introducir a puñados en el trágico desgarrón las pesadas entrañas que colgaban fuera de él. Otro sostenía las riendas del caído animal y apretaba contra el suelo la triste cabeza poniendo un pie sobre ella.
Había llevado mi educación en este punto hasta el refinamiento, haciéndome vestir muchas veces viejas y pesadas armaduras de familia para que realizara con más facilidad los ejercicios de equitación que me enseñaba.
Debajo de ellos, á los cuarenta ó cincuenta pasos, las olas de leche y rosa cercaban la Peña y la batían dulcemente con su hálito sutil. Nadie imaginara que dentro de ellas, allá en el fondo, dormían las aguas tristes y pesadas del lago Ausente su eterno sueño inalterable.
Pero con ser tan grandes las fatigas y tan pesadas las aflicciones que padecen, no obstante eso, es mucho mayor sin comparación el consuelo que tienen cuando vuelven con las manos llenas de cuatrocientas ó quinientas almas; y si á veces no tantas, á lo menos con la esperanza de ganarlas al año siguiente, porque los más de los bárbaros quieren antes certificarse si aquel celo que les muestran es de sus almas para darles el Paraíso ó por el interés de llevarlos para ponerlos en esclavitud, y por eso acostumbran despachar alguno de los suyos para explorar el país, la gente y los Misioneros de la nueva Reducción.
Palabra del Dia
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