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Actualizado: 19 de julio de 2025
Modesto cayó soldado, y como su padre no tenía lo bastante para comprarle un sustituto, pasó a las filas de un regimiento de infantería, en calidad de distinguido. Como era un bendito, y además de larga y seca catadura, pronto llegó a ser el objeto de las burlas y de las chanzas pesadas de sus compañeros.
Ya les he hablado de mi prometida; suficientemente, me parece. Nuestras relaciones, con sus altibajos de confianza o de temor, de esperanza o de abatimiento, formaban una madeja demasiado complicada para que mis manazas pesadas pudieran desenredarla.
Tampoco los tiene Salvatierra, ¡y para que seáis más revolucionarios que él!... El nombre de Salvatierra pareció detener en lo alto las pesadas cuchillas. Dejad al muchacho dijo a espaldas de ellos la voz de Juanón. Yo le conozco y respondo de él. Es el amigo del compañero Fernando; es de la idea. Aquellos bárbaros abandonaron a Fermín Montenegro con cierta pena, viendo malogrado su placer.
Entonces el tabernero, apoyando las pesadas manos rojas en los brazos del sillón, se levantó resoplando como un becerro y fue a colocarse delante del cartelón, con los brazos cruzados sobre su enorme grupa.
¿Son muchos? preguntó Cornelio. Cuarenta, por lo menos respondió el Capitán. ¿Usan armas de fuego los papúes? Armas de fuego, no; pero sí flechas envenenadas con jugo del upas, y que lanzan muy diestramente con la cerbatana. También usan lanzas y ciertas hachas pesadas, que llaman parangs, con las cuales, de un solo golpe decapitan a una persona. No hay, pues, que jugar con esos salvajes.
Largas hileras de haciendas mugientes regresaban de los jagüeles, con el aspecto de trabajadores que volviesen de pesadas tareas; las majadas se agrupaban como para solidarizarse ante la amenaza de peligros nocturnales, y mientras un lechuzón permanecía temblequeando fijo en un punto del espacio, pasaba cabizbajo a raudo trote un perro flaco y desvalido, con rumbo a las casas...
Si yo como la torta al pie del lar, tú la comes también, porque no te mantienes del aire, y si tú das garrotazos en las romerías, garrotazos sacudo yo cuando se tercia. Vete solo si quieres, que no será Quino de Entralgo quien te lo estorbe. Iba á contestar Nolo con otras pesadas palabras; pero el intrépido Celso de Canzana, temiendo que la disputa llegase á pelea, se apresuró á intervenir.
Y este triple y discordante enganche se repetía en todos los carros inmóviles ante los buques á lo largo de los muelles ó volteando sus pesadas ruedas por la pendiente que conduce á la ciudad alta. A los pocos días, el capitán se sintió fatigado de Nápoles y su bullicio.
La alta tiene un aspecto curioso y original, por sus calles de arcadas macizas, oscuras y pesadas, sus casas de estructura antigua, semi-feudales, y sus fuentes de historia secular, análogas á las de Neuchâtel.
En la noche á que nos referimos, nuestro hombre daba con sus pesadas manos tales palmadas, que sonaban como golpes de batán y los demás metían ruido dando porrazos en el suelo con los bastones. En vano pedían silencio y moderación los del interior, personas entre las cuales había diputados, militares de alta graduación, oradores famosos.
Palabra del Dia
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