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Actualizado: 3 de junio de 2025


Los azotes habían dejado ya algunos surcos de color de rosa en su cándida epidermis, sin que hubiese pedido tregua. Mas llegó un instante en que el bárbaro instrumento hizo saltar sobre ella una gota de sangre.

Verás á Doña Blanca. Por la amistad que me tienes, por la pasión y muerte de Cristo te suplico que te calmes para entonces, y trates de que sea lo menos cruel posible la entrevista que te voy á procurar. El Comendador cedió á todo, y agradeció al P. Jacinto los consejos que le daba y la protección que le ofrecía. Con febril impaciencia aguardó D. Fadrique el plazo que el padre le había pedido.

¡Con razón te piden de la quinta!... ¡Claro! ¡Se llevan los mejores agentes y lo dejan a uno aquí con puros gallegos!... ¡Mirá!... ¡Te vas a quedar conmigo; te voy a enseñar para pesquisa! ¡Está bien, señor! El comisario de la quinta te ha pedido al jefe, pero voy a contestar que pides seguir el servicio aquí. ¡Está bien, señor! ¿Sos casado? ¡No, señor!

Lo que había pasado con motivo del pedido de la mano de Nancy le había causado al joven una mera alarma: el temor de que el squire fuera a deslizarle al señor Lammeter, de sobremesa, algunas palabras que fueran capaces de ponerlo a él, Godfrey, en la necesidad absoluta de renunciar a Nancy en el momento mismo que parecía estar a su alcance.

¡Antes de buscarnos motivos de ruptura, sería prudente esperar a que Martholl pidiera mi mano! Si no la ha pedido todavía, la pedirá, puedes estar segura, y no veo qué razón te haría rechazar a un novio tan extraordinariamente chic. Anda, no lo dudes, hay muchas probabilidades de que pronto seas la señora de Martholl.

¿Verdad, Mario, que no has pedido dinero? ¿que es esta manirrota la que se vale de tu nombre para sacarme los cuartos? El pobre no se atrevía a contradecirla y se resignaba a andar con el bolsillo vacío. Hubo necesidad de dejar la guardilla que le servía de taller.

¿Qué le parece a usted? me dijo, guardándola en la cartera con aire triunfal. ¡Muy extraño! ¿Usted se las había pedido?... Nada más que una, de la rosa que llevaba en el pecho anteayer, en casa de Anguita... ¡Y esta mujer se casa el ocho de diciembre! Me espanté del caso más de lo que debiera, porque comprendía que con ello le daba mucho gusto.

En primer lugar, veamos, ¿qué te ha dicho Jacobo? ¿Qué te ha pedido? ¿Qué le has prometido ? ¿Os habéis visto ayer después de la maldita velada de Harvey? Hacía mucho tiempo que no os hablabais y no ha debido reinar entre vosotros la mayor cordialidad. ¡Debe guardarte rencor! ¡Y á me odia de muerte!

Se mantiene en inaccion, y se añade que ha pedido refuerzos; la brillante victoria habrá sido pues una insigne derrota. Una observacion sobre el interes en engañar. Casos hay en que por interesado que parezca el narrador en faltar á la verdad, no es probable que lo haya hecho, porque descubierta en breve la mentira, sin recurso para paliarla, se convertiria contra él de una manera ignominiosa.

En esto, desarrollaba los papeles que traía en la mano, y volvía a arrollarlos en sentido inverso para que perdieran el vicio: eran unos cuantos pliegos en folio, metidos bajo una carpeta bien rotulada. En seguida puso el cuadernillo en manos de su señora. ¿Está aquí todo lo que yo he pedido? preguntó la marquesa volviendo la primera hoja.

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