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Actualizado: 25 de julio de 2025
Lo vi por primera vez maniobrando sobre un paciente que seguramente quedaría sin hueso sano. En los distintos sistemas curativos que los mediquillos filipinos emplean, figura el de la soba, ostentando los que la practican el poco tranquilizador título de sobanderos.
Por las mañanas, entre las estudiantinas y comparsas que corrían las calles, pasaban las familias ostentando a algún niño infeliz enfundado en la malla de Lohengrin, el justillo de Quevedo o los rojos gregüescos de Mefistófeles.
A la izquierda, hacia el lado del mar, se extendía una gran huerta, ostentando bajo las ventanas de las celdas, su fresco verdor, sus árboles, sus flores, el murmullo de sus acequias, el canto de los pájaros y la esquila del buey que tiraba de la noria.
Como en el pueblo, medio de burla, medio en son de elogio, me llaman el santo, yo por modestia trato de disimular estas apariencias de santidad o de suavizarlas y humanarlas con la virtud de la eutropelia, ostentando una alegría serena y decente, la cual nunca estuvo reñida ni con la santidad ni con los santos.
Si sus campiñas están todas cubiertas de cereales, sus alrededores interesan y sonrien ostentando hermosas arboledas ó graciosos huertos de frutales fecundados por el rio Carrion.
Andando con dirección al ruido, hemos visto más de un camisa por fuera, ostentando un bejuquillo con puño de plata. Sus poseedores ejercen jurisdicción, tienen poder, son tenientes de justicia, funcionarios públicos que pueden llegar hasta el solio del superior munícipe, el día que su jerárquica persona se vea atacada de un fuerte romadizo.
En el numeroso séquito del príncipe y sus regios huéspedes figuraban capitanes y cortesanos de Gascuña y España, de Inglaterra, el Lemosín y Saintonge. En los asientos y gradas encantaban la mirada las morenas bellezas del Garona y junto á ellas las rubias beldades inglesas, ostentando unas y otras sus mejores galas.
Y señaló precisamente la única puerta que estaba cubierta con una mampara de cuero verde, ostentando un rótulo comercial, enorme, dorado, pretencioso. La doctora se alojaba en una oficina... ¡Cómo hubiera llegado él á encontrarla! La primera pieza era realmente una oficina, un despacho de comerciante, con casillero para los papeles, mapas, caja de caudales y varias mesas.
La torre de las campanas ocultaba un pedazo de cielo, ostentando sobre sus flancos rojizos, ornados de junquillos góticos y contrafuertes salientes, las fajas de mármol negro con cabezas de misteriosos personajes y escudos de armas de los diversos arzobispos que intervinieron en su construcción.
Palabra del Dia
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