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Actualizado: 6 de mayo de 2025
Célebre ciudad de jugadores fué Villaverde allá en los tiempos coloniales, y sotas, caballos y reyes, se llevaron de allí más dineros que de la Veracruz los piratas de Lorencillo. Ahora, es decir, en los tiempos en que acaecieron los sucesos que voy narrando, contaba Birján pocos oratorios, pero aun tenía culto en muchos sitios.
Todos los dioses grandes y los genios principales tienen templos y oratorios en la santa montaña, así como las Nubes, el Cielo, la Osa Mayor y la Estrella Polar. Los diez mil genios detienen el vuelo allí para contemplar la tierra y las ciudades de los hombres. «El viento del Tai-Chan es igual al del cielo. Es el dominador del mundo. Recoge las nubes y nos envía las lluvias.
¡Ah! ¿Dónde estaban aquellas peroraciones internas, llenas de vida, de vehemencia, persuasivas como una voz divina? ¿Dónde aquella lógica terrible que en la profundidad de sus deliquios oratorios hervía en su cerebro, el cual parecía pequeño para tantas ideas? ¿Dónde estaban los pensamientos sublimes, la facundia descriptiva, la facultad pintoresca, la sentencia concisa y profunda?
A esta angustia de las entrañas se agregaba la zozobra del ánimo, la honrosa inquietud de verse marcado por la sospecha, tan sólo, del Santo Oficio, o de atraer el castigo del poder sobrehumano del Rey. Y entretanto parecía que el mismo viento murmurase calumnias y que la delación se agazapara bajo el lecho en que se dormía, entre los pliegues de las antepuertas, en el rincón de los oratorios.
Llámanse notas allá, aquí las llamamos drogas, sustancias; allá sonatas, oratorios y cuartetos... aquí vomitivos, diuréticos, tónicos, etc... El quid está en saber herir con la composición la parte sensible... ¿Qué le parecen a usted estas teorías?... Cuando desafinamos, el enfermo se muere.
El primero, que parecía consumido por el estudio, la riqueza y los vicios, dijo a Juan casi medrosamente, acompañando la frase con ademanes oratorios: Su amor no se alcanza por fuerza... Puedes llegar a lograrlo, pero no así. ¿Cómo ha de amarte si tus caricias son zarpazos? Adquiere instrucción y cultura. Eres libre... Ejercita los derechos que te permiten igualarte a los que somos preferidos.
Fermín hizo un gesto afirmativo y sonrió, como si adivinase lo que iba a decirle don Ramón. Se sabía de memoria los períodos oratorios de los prospectos de la casa, apreciados por don Pablo como las muestras más gloriosas de la literatura profana. Siempre que hallaba ocasión, el viejo empleado los repetía en tono declamatorio, embriagándose con el paladeo de su propia obra.
Así lo pensaba el banquero, aunque lo dijo de otro modo con una copa en la diestra, y la zurda en la patilla de este lado. Estuvo menos infeliz que de costumbre en el «meerooodeo» de recursos oratorios para llenar su cometido. Sólo dos veces sacó a plaza a los meeroodeadoores, y no llegaron a tres las en que necesitó agarrarse a su muletilla para terminar un período.
Creo haber contado como ciento doce edificios religiosos, entre iglesias, conventos, capillas y oratorios, lo que prueba que en Sevilla no se han pasado jamas hambres en lo relativo al pasto espiritual. Al contrarío, en esa materia se ha pecado en España por la gula, resultando indigestiones seculares.
Por cierto que estas intenciones, o «planes siniestros», como decía el novio de Sagrario, la hacían suma gracia también. Casi tanto como a Leticia, que no perdía ocasión de apuntarla, con la mirada o con un gesto expresivo, cada memorial que el banquero la enviaba con los ojos en sus grandes apuros oratorios. De este celo por los intereses de don Mauricio, murmurábase bastante.
Palabra del Dia
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