Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 9 de junio de 2025


Yo desde aquí me ofrezco, si os parece Que puede de mi esfuerzo algo fiarse, De salir á este duelo que se ofrece, Si por ventura viene á efectuarse.

Esta la rechazó con violencia, diciendo: «Haced saber á vuestra soberana que yo no ofrezco por nadie, ¿lo entendeis?». Con el dinero y la respuesta volvió la mensajera á la reina, quien en alto grado sintió un desaire tan marcado; mas tratando de refrenar su enojo, se contentó con pagar aquel con otro mayor, que era el no ofrecerla la salida de la iglesia antes que á la real comitiva.

Yo me ofrezco

Se hallaría la ciencia ruda é ignorante, muda la retórica y la poesía balbuciente. Tanto minora siempre, aun á lo más excelso, la comparación con lo sumo. Y no obstante la innegable verdad de este principio, yo me atrevo, señor, á llamar grande lo que os ofrezco.

Te ofrezco una novena y misa cantada, si nos sacas a todos de este mal paso... Lo peor, lo peor es que no me viene una idea, una sola... no queda ya nada por empeñar, y aunque hubiera: la casa entera no vale treinta mil nacionales... Inútil ha sido llevar al prendero esos recuerdos de familia...

Pero, en fin, humildemente le ofrezco lo poco que yo soy. ¿Quiere usted ser la madre de mi hija?... ¿Nos rechaza a ella y a ? »De usted respetuosísimo servidor siempre y en todo caso, Jacques Fabrice

No necesito añadir, que, en la historia del teatro español, que ofrezco al público bajo tales condiciones, haya agotado completamente la materia.

Dadme a Juan dijo al abate Constantín, dádmelo hasta el fin de sus estudios; yo os lo traeré todos los años durante las vacaciones. No es un servicio que os ofrezco, sino un servicio que os pido. No puedo desear nada mejor para mi hijo.

El Estado no sólo toleró, sino que aprobó esta combinación; vos tampoco tendréis nada que objetar; es muy posible que vos mismo hayáis comprado también al mismo precio un hombre entero, que se haya matado por vos. ¡Y sois capaz de escandalizaros porque ofrezco doble precio, al primer bribón que se presente, por sólo la punta de la nariz!

Por , yo podría haberme estado así siglos enteros, dando vueltas alrededor de ella sin animarme nunca a decirle nada; pero, cuando el viejo se deslizó dentro de la pieza con la agilidad de un hurón, gritando: «¡Vamos! ¡el pastor está esperando!...» me enfurruñé, como si eso hubiera contrariado mis intenciones. Ofrezco el brazo a Yolanda... Ábrense de par en par las puertas.

Palabra del Dia

metropolitanos

Otros Mirando