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Actualizado: 31 de mayo de 2025
Juan Florín quiso dar veinte mil duros al capitán Irizar por su rescate; pero fué inútil su ofrecimiento, porque el hombre entendido y de buen juicio prefiere su honra a todo el dinero del mundo. Con noventa hombres presos y los dos barcos cogidos, el capitán Irizar volvió a Cádiz, como correspondía a su fina lealtad.
De Bilbao habían contestado a Urbistondo aceptando mi ofrecimiento. Iba a tener barco que mandar. Fuí a buscar a Mary para traerla a Lúzaro y presentarla en casa de la mujer de Recalde. Era el día de Nochebuena. Llevaba en un estuchito forrado de raso un anillo de oro con unas perlas para Quenoveva, que me había costado ocho duros, y en un paquete unos juguetes para los chicos de Urbistondo.
Despidióse a estilo vulgar, con ofrecimiento del domicilio y de sus servicios, y salió con más ánimo. ¡Qué trotar aquel día la infeliz señora!
Admite pues de sus intentos sanos El justo ofrecimiento, señor mio, Y considera alfin que son Romanos, En quien nunca faltó del todo el brio. Vosotros, levantad las diestras manos En señas que aprobais el voto mio. Todo lo que aqui has dicho confirmamos, Y lo juramos. Sí juramos.
Casi podía decirse que al reír su envoltura corpórea, el alma quedaba indiferente y seria. Inspiraba lástima y miedo. Saludó con breves palabras, con monosílabos casi, y fue la única persona que no hizo a Melchor los agasajos que todos. Cuando éste le invitó a participar del almuerzo rechazó el ofrecimiento con actitudes que lo mismo parecían de recelo que de timidez. Gracias... Ya churrasquié...
El guapo se había reído toda la vida de la ciencia mágica de la querida de su amigo: fueron infinitas las bromas que había gastado con ella por tal motivo. Pero ahora, á semejanza de los que maldicen de los médicos y se apresuran á llamarlos en cuanto les duele algo, aceptó el ofrecimiento con alegría y prometió no faltar á la cita.
En la obscuridad de las bóvedas retumbaban los argentinos martillazos de los guerreros del reloj. Luna se levantaba y recorría la iglesia, visitando los contadores para marcar su ronda. Habían sonado las diez, cuando Gabriel oyó abrirse el postigo de la portada de Santa Catalina, pero rápidamente y sin violencia, como si hubieran hecho uso de una llave. Luna recordó el ofrecimiento del campanero.
Asimismo conoció el pergamino, y alegre sobremanera con el ofrecimiento de los mil escudos, respondió: Señor, la prenda que queréis quitar está en casa; pero no está en día la cadena ni el pergamino con que se ha de hacer la prueba de la verdad que yo creo que vuesa merced trata; y así, le suplico tenga paciencia; que yo vuelvo luego.
El Infante Don Sancho á la partida de estos mensajeros ofreció, no sólo de seguir y acompañar á Berenguer en la jornada que tenia dispuesta, pero asistirles con sus diez galeras hasta que se supiese el ánimo y voluntad del Rey. Entenza en nombre de todos aceptó el ofrecimiento, y agradeció al Infante el haber tomado tan honrada resolucion, dígna de un hijo de la casa de Aragon.
Elevaba los brazos, profiriendo súplicas, voces de mando y maldiciones, todo mezclado. Las mestizas anexas al boliche, que completaban la venta del alcohol con el ofrecimiento de sus gracias, salieron también, asustadas y dando gritos, para huir hacia los extremos de la calle.
Palabra del Dia
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