Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 1 de mayo de 2025
Guardaba silencio algunos momentos, pugnaba por decir algo, movíanse sus labios, pero en vez de articular lo que quería, expresaban otra cosa distinta, algo trivial y ridículo que le avergonzaba en cuanto salía de ellos. Fernanda le observaba con atención, ganando la serenidad y la calma que él perdía rápidamente.
Miguel le preguntaba por señas: ella sonreía sin contestar. Entonces el joven se hizo el enojado y evitó a su vez el encontrarse con ella. Maximina comenzó a echarle miradas tristes y tímidas, que observaba riendo interiormente. Al fin, una noche por propia iniciativa, aquélla vino a sentarse a su lado.
Muchísimas gracias... dijo Silas vacilando un poco . Os agradeceré mucho que me digáis lo que debo hacer. Después, mientras se inclinaba hacia adelante para mirar a la niña no sin un poco de celos , y ésta echaba la cabeza contra el brazo de Dolly y observaba de lejos a Silas con satisfacción, el tejedor agregó con aire inquieto: Pero deseo atender yo mismo a la niña.
Observaba compadeciendo, y compadecía admirando, de modo que el análisis llegaba verdaderamente al alma de las cosas. Lo que él no veía era el lado malo de los artistas. Todo lo poetizaba en ellos.
Había el caballero cerrado los ojos; tenía las manos cruzadas sobre las rodillas. Don Juan, a veces, hacía un punto en su tarea y por encima del papel miraba con inquietud al enfermo. También don Pedro le observaba con atención, y miraba después a don Juan.
Juan Claudio lo observaba, y a pesar del entusiasmo del triunfo, a pesar de la certeza de haber escapado al hambre, el viejo soldado no podía substraerse a un sentimiento de admiración. Mira dijo a Jerónimo ; hace como nosotros al volver del Donon y del Grosmann; se queda el último y no cede el terreno sino palmo a palmo. Decididamente, hay hombres valerosos en todas partes.
Lázaro observaba que la caridad cristiana aparece en los Evangelios muy diferente, de la que se ejercía en torno suyo, que no eran siempre la humildad y la mansedumbre los móviles de los amigos íntimos del obispo, y que algunas veces se vela asomar cobardemente a los labios de los familiares cierta sonrisa reveladora de hipocresía y envidia.
En la pequeña capilla ardía una sola luz en una gran lámpara antigua de oro, puesta allí por los orgullosos hijos de la ciudad tres siglos atrás, cuando temieron la invasión de la peste negra. Al darme vuelta, vi que, aun cuando me observaba atentamente, parecía estar esperando todavía al hombre que ¡ay! ya no existía.
Su piel tierna como las natas, su labio rojo como un pimiento de Candeleda; pero tanto su cabello bravío como su bozo de mancebo, denotaban un natural hombruno y procaz. Manejaba al marido como a un esclavo, descargando sobre él el exceso de vigor que renovaba en su sangre el aire purísimo de las torres. Ramiro la observaba de soslayo. Ella gustaba sobremanera del niño.
Hija mía, no sea usted material... No lo tengo precisamente en el bolsillo, pero como si lo tuviera... Un día de estos me lo ha de traer Muñoz y Sones... Y acostumbro pensar las cosas con tiempo... Francamente, no me gusta tener gruesas sumas en casa, porque aun en esta vecindad palaciega hay mala gente... Sin dar importancia a los proyectos rentísticos de Cándida, Milagros observaba el vestido.
Palabra del Dia
Otros Mirando