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Actualizado: 14 de julio de 2025


No consideró necesario leer las líneas del texto. ¿Para qué?... Sólo un acontecimiento terrible podía obligar á esta señora, tan enemiga suya, á enviarle un telegrama. Ha muerto; efectivamente, ha muerto. Danzaron ante sus ojos las luces del comedor; después se fueron debilitando, como si les faltase la fuerza del fluido. Un velo acuático acababa de correrse entre sus ojos y estas luces.

Un tanto amengua luego tan brillante situación, contando cómo las damas de Isabel le motejaban de traidor á su patria y á su señor con manifestaciones de desagrado que hubieron de obligar á la Reina á sincerarse de la acogida que tenía en palacio. «Mylores, dijo en presencia de sus cortesanos; no os maravilléis de que honre á este traidor español, porque guardo mucha obligación al Sr.

Es ciertamente terrible y da lugar á sospechar falta de afecciones; marchan á pié detras del convoy fúnebre que guarda una persona adorada, á otra que le fué inmediata y querida: ninguna ley, ninguna costumbre del mundo pueden obligar al corazon á que se quiebre y se rompa en tan tremenda prueba; jamas el alma apasionada podrá prestarse á un suplicio tan duro.

Moyses, que era Legislador, y conocia muy bien estas cosas, no hallaba necesario obligar á su Pueblo á la observancia de sus Leyes por unas penas, como las de la otra vida, que este miraba como de lejos, y que no le harian viva impresion, aunque las creyese. Aun en los que tenemos la dicha de recibir la Fe con el Bautismo, suelen hacer mas impresion las penas temporales que las eternas.

JARIFA. Pues a me parecía Que a nuestros amores llanos Obligaba el ser hermanos, Y que otra causa no había. ABIND. Sola esa rara hermosura A me pudo obligar, Ese ingenio singular Y esa celestial blandura, Esos ojos, luz del día, Esa boca y esas manos; Porque esto de ser hermanos, Antes me ofende y resfría.

La doncella no acertó más que a decir: ¡Señorita, por Dios!... Cuanto más pronto mejor, porque voy a constiparme. De este modo quería obligar aún más a su doncella.

Porque, ¿en qué consistían esos deberes si no era en divertirse en tiempo oportuno; en trocar visitas y saludos tan a menudo como era preciso; en dirigirse recíprocamente viejos cumplimientos con frases tradicionales; en dar bromas bien puestas a prueba para no ofender a nadie; en obligar, hospitalariamente, a los invitados a comer y a beber con exceso, en la casa del vecino, para demostrar que se apreciaban sus manjares?

Pero esta opinión también se la calló el jefe del partido liberal dinástico de Vetusta, y unió sus ruegos a los de don Víctor para obligar a doña Ana a ir al teatro aquella noche. Si es una perezosa; si ya no quiere salir; si ha vuelto a las andadas, a las encerronas... y... pero... ¡lo que es hoy no tienes escape!...

Le he encontrado muy desmejorado. ¿No ha dicho nada más? Tonterías. Que la señora quería matarse, que ha escrito su testamento. , es verdad; lo he hecho para obligar al conde a que viniese. ¿Se ha acostado? ¡Oh! , señora. La habitación del señor está cerca de las nuestras. El señor ha apagado la luz a las once.

Las diez y siete galeras de genoveses no osaron volver á Constantinopla, aunque la necesidad y falta de gente les pudiera obligar, pero temiendo la indignacion de Andronico, y la insolencia de los Griegos, desembocaron el estrecho y fueron la vuelta de Italia, llevando en ellas á Demetrio. Las otras siete galeras gobernadas por Mandriol, vueltas á Constantinopla avisaron á Andronico del suceso.

Palabra del Dia

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