Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 15 de junio de 2025
¡Señor... Señor... Señor!... Le era imposible decir más. Creyó que había sonado un trueno, haciendo estremecerse la vieja casa; que un nubarrón acababa de pasar ante el sol, obscureciéndolo; que el mar se volvía plomizo, avanzando en encrespadas olas contra la muralla.
Don Rosendo, bien puede dispensarme... Usted es un caballero... Un caballero sabe apreciar los sentimientos de otro caballero... La patria antes que todo... Guzmán el Bueno arrojó el puñal por encima de la muralla para matar a su hijo... Demasiado lo sabe usted. ¿Eh?... ¿Qué hay de eso?... Riego murió en un cadalso. ¿Eh?... ¿Qué hay de eso?
Los cristianos, favorecidos por los cordobeses descontentos, se han apoderado de la Aljarquía escalando la muralla y matando á las centinelas dormidas.
Del otro lado limitaban el paseo largos bancos de piedra también; y no tenía el Espolón más adorno, ni atractivo, a no ser el sol, que, como lo hubiera toda la tarde, calentaba aquella muralla triste.
Tan trágico suceso daba á suponer que hubiesen ocurrido otros muchos idénticos; de suerte que el pensamiento no soñaba más que desventuras. Y el mar, entretanto, parecía no estar harto todavía. Todos estábamos saciados; él no. Yo veía á nuestros pilotos aventurarse detrás de una muralla que les cubría por el Suroeste, observar con inquietud, mover la cabeza.
Sepan vuesas mercedes que toda mi hacienda queda puesta desde hoy al servicio de esta demanda. Y si el caso lo pide, hareme subir en silla a la muralla, que aún puede mi diestra disparar un venablo. Al escuchar aquella voz, el Canónigo y Ramiro se buscaron uno a otro en la obscuridad. ¡Don Íñigo! ¡Válame Dios! exclamó el Lectoral asiendo del brazo a su discípulo.
Inspírame con las memorias de tu pasada grandeza para descubrir á mis lectores en cuadros verídicos, aunque fugaces, el sumo interés histórico que en sí llevan algunas de las reliquias que cubren tu suelo. La muralla y sus puertas.
La veía ahora muy distinta á como se la había imaginado en otros tiempos. Y él también aparecía seguramente ante los ojos de ella de otro modo que en el pasado. Una muralla enorme los separaba antes: la riqueza, engendradora del orgullo y del afán de dominación. Sintió una necesidad de seguir hablando. Algo hervía en su interior, haciendo subir las palabras á la boca con una marea irresistible.
A uno y otro lado los rayos rastreros del sol hacían brillar los tomillares cubiertos de rocío. Volvió el rostro. La ciudad le llamaba con una voz de tedio, de perfidia, y la fiera muralla, toda roja en el amanecer, hízole pensar en el encarnado capucho del verdugo. Volver era morir, morir cubierto de pecados, perder el alma para la eternidad. Al llegar a la primera encrucijada se detuvo.
Veo la elevada cordillera de estas que rodea toda la llanura, y que hace de ella una vasta cuenca, donde no se divisa mas salida que por la parte del sud, y una que otra quebradura que parece rasgar en algunos puntos la grandiosa muralla alzada por la naturaleza.
Palabra del Dia
Otros Mirando