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Actualizado: 25 de mayo de 2025
Don Pedro en este tiempo hubo enfermado Del morbo, que de Galia tiene nombre: Con miedo de morirse en aquel rio, A Castilla se vuelve en un navío.
No hay que hablar de morirse gritó el enfermo, á quien la posesión de los santos cuartos había despabilado y excitado cual si fuera una toma del estimulante más enérgico. ¿Qué es eso de morirse? Aquí no se muere nadie. D. Francisco, el niño no se muere. Pues no faltaba mas. ¿Qué tiene? ¿Meningitis?
Yo le he sacado de la cárcel, donde el infeliz estaba á punto de morirse de hambre y de frío; le he sacado tan solo porque es tu amigo. Ya sabes que tú y yo somos también verdaderos amigos. Ese joven parece que te quiere bien; pero no como yo, que te idolatro; y tan desventurado soy ausente de ti, que hoy voy á intentar verte y hablarte entrando por una casa vecina.
Allí se detuvo y volvió la vista atrás y contempló con semblante risueño a su confesor, que venía tomando precauciones, apoyando con cuidado el pie en los sitios más secos. Tenía el rostro encendido por la carrera, los cabellos revueltos y sus grandes ojos negros brillaban con expresión de vivo placer. ¡Ande usted, cobarde! ¿Tiene miedo a morirse por los pies?
En seguida clavó su vista en la Crónica parlamentaria; y entonces estuvo a pique de morirse de repente, al leer, entre otros, nada lisonjeros para él, estos renglones: «La proposición del diputado Peñascales, célebre desde ayer en los fastos parlamentarios, es una verdadera monstruosidad en la forma y en el fondo; y bien seguro es que no hubiéramos dicho de ella lo que dijimos al anunciarla, si la hubiéramos conocido entonces como la conocemos ahora.
Aquel viejo estúpido, por el privilegio de su riqueza, la había poseído el primero, había paladeado las mismas dichas que él pero con el encanto de la novedad. Bien podía morirse... ¡Que se muera!
Los alimentos se reducían a tortillas de maíz, frijol, carne y queso; lo bastante para no morirse de hambre, y aun para vivir con salud; pero no para hacer más agradable la vida con algunas comodidades tan útiles como inocentes. Yo les insinué algunas mejoras en el cultivo; hice traer semillas y plantas propias para el clima, y como los vecinos son laboriosísimos, ellos hicieron lo demás.
Yo también tengo confianza, y puesto que Marignol se obstina en no morirse y en cortarnos los víveres, habrá que tener paciencia y seguir amándonos en el misterio... ¿Por qué no hemos de aclararlo un poco? Luciana dijo con la cabeza que no.
Sagrario, como decía el otro, sigue continuando; y si me apuras un poco, más hermosa que cuando tú la viste en Bruselas, a pesar de los años que van corridos; y en cuanto a Gonzalo, hace ya larga fecha que tuvo la buena ocurrencia de morirse. ¡Se murió!... Después de inficionar a Archena y de beberse medio Panticosa. Nada le alcanzó.
Pero Isidora, para quien aquel espectáculo, además de ser enteramente nuevo, tenía particulares seducciones, vio algo más de lo que vemos todos. Era la realización súbita de un presentimiento. Tanta grandeza no le era desconocida. Habíala soñado, la había visto, como ven los místicos el Cielo antes de morirse.
Palabra del Dia
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