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Actualizado: 26 de mayo de 2025
Por lo demás, a excepción de la iglesia, de la Casa-Ayuntamiento, de las Puertas de Francia y de Alemania, que tienen forma de mitra, y de las agujas de los dos polvorines, todo lo restante queda oculto detrás de los glacis.
Habría gozado viendo sus lágrimas de alegría al contemplarme con la mitra en la cabeza.... Yo os he querido siempre; sois una familia excelente, y muchas veces me matasteis el hambre. Calle, señor, calle y no recuerde esas cosas.
Irritada Isidora, manifestó que no admitía tales ideas, y ya se agriaba la cuestión, cuando abriose una puerta y apareció un señor obispo..., digo, era Riquín, el cual traía en la cabeza una gran mitra de papel, y echando la bendición graciosamente con su mano derecha, cantó en el latín más estropajoso que se ha oído jamás: Dominis vobiscum.
Para ordenar al dean D. Juan de Contreras fué menester que el cabildo le mandase entregar el báculo de plata dorado, e la mitra mayor, con lo que necesario es del Pontifical mayor, para levar á nuestro Sr. el obispo D. Sancho de Roxas á Baena.
Ellos que lo vieron y supieron por lo que decía otro huésped de casa que yo lo era arrancaron tras el picaño, y asiéronle y dejáronme a mí repelado y apuñeado; y con todo mi trabajo me reía de lo que los picarones decían a la Guía. Porque uno la miraba y decía: ¡Qué bien os estará una mitra, madre, y lo que me holgaré de veros consagrar tres mil nabos a vuestro servicio!
Entre los citados bustos y estatuas, muchos de los cuales pertenecieron al antiguo palacio de Umbrete, propiedad de la Mitra hispalense, existen algunos de dioses de la mitología y de personajes romanos que no carecen de mérito artístico, y que señalaría con algún detenimiento de buen grado.
Enorme mitra ilusoria, resplandeciente de amatistas y topacios, se encendía y apagaba, y volvía a encenderse a sus pies, sobre las losas obscuras. Probando apenas algunos bocados, Ramiro dejó secretamente su casa, ya entrada la noche. Había escogido su daga más fuerte y la espada que le diera don Rodrigo del Aguila, el mayordomo de la Emperatriz.
Los hombres con casco procedían de igual modo que los sátrapas perfumados y feroces de mitra azul y barba anillada. El adversario era fusilado aunque no tuviese armas; el prisionero moría á culatazos; las poblaciones civiles emprendían en masa el camino de Alemania, como los cautivos de otros siglos. ¿De qué había servido el llamado progreso? ¿Dónde estaba la civilización?...
Desde algún tiempo, el canónigo cifraba toda su esperanza en aquel mancebo de alto linaje, que él venía adiestrando para llevarle después como halcón en el dedo. El señor de San Vicente había dicho que comunicaría el resultado de las indagaciones a la Junta de Madrid. ¿No sacaría él mismo de esta empresa el báculo y la mitra?
Para elegir un abad se echaba mano del personage mas temido de la comarca; por otra parte los magnates ambicionaban los bienes de la iglesia, la mitra y el báculo, y los conseguian en cambio de su protectorado. De aquí desórdenes irremediables, violacion de reglas, desprecio de los cánones, olvido de los estudios, depravacion del clero, ignorancia universal.
Palabra del Dia
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