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Actualizado: 19 de mayo de 2025
Apenas hubo dicho esto Minos, juez y compañero de Radamanto, cuando, levantándose en pie Radamanto, dijo: ¡Ea, ministros de esta casa, altos y bajos, grandes y chicos, acudid unos tras otros y sellad el rostro de Sancho con veinte y cuatro mamonas, y doce pellizcos y seis alfilerazos en brazos y lomos, que en esta ceremonia consiste la salud de Altisidora!
Era su gobernador mi padre, y me acuerdo que un poeta ménos que mediano, aunque no fuese medianamente desaliñado su estilo, llamado Azarria, hizo unas malas coplas en elogio mio, en las quales me calificaba de descendiente de Minos en línea recta; mas habiendo luego quitado el gobierno á mi padre, compuso otras en que me trataba de nieto de Pasifae y su amante.
A vosotros, ó justo Radamonte Y Minos, que con leyes inmutables En los obscuros reynos del espanto Regis las almas tristes miserables, Si acaso tiene fuerza el ronco canto, O murmurios de versos deleytables, Por ellos os conjuro, ruego y pido Ablandeis este pecho endurecido.
Un criado gallego había hecho con ella el papel de Jason, dejándola el pérfido en abandono y trasponiendo no sé si a Montevideo o a Buenos Aires. No imitó Frasquita a Medea: no mató a sus hijos, sino los crió con esmero y cariño. Yo sospecho, sin embargo, que ella, también como la hija de Minos, Indomitos in corde gerens Ariadna furores,
Levantáronse los duques y los reyes Minos y Radamanto, y todos juntos, con don Quijote y Sancho, fueron a recebir a Altisidora y a bajarla del túmulo; la cual, haciendo de la desmayada, se inclinó a los duques y a los reyes, y, mirando de través a don Quijote, le dijo: -Dios te lo perdone, desamorado caballero, pues por tu crueldad he estado en el otro mundo, a mi parecer, más de mil años; y a ti, ¡oh el más compasivo escudero que contiene el orbe!, te agradezco la vida que poseo.
De aquí también que la sangre que mancha la conciencia lave el honor hasta dejarlo limpio, y sean llamados a resolver casos de honra hombres que jamás conocieron la vergüenza: Eacos, Minos y Radamante, vacíos de mollera o cargados de picardías, que sólo por deficiencias del Código no llevan otra cadena que la que les sujeta el reloj en el chaleco.
Palabra del Dia
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