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Un día que hablaron de lo que suelen hablar las muchachas cuando se reúnen, la Comadreja confesó que ella «tenía» un capitán mercante, que le traía de sus viajes mil monadas y regalos, y proyectaba casarse con ella, andando el tiempo, cuando pudiese. En cuanto a Guardiana, declaró que no soñaba con tener novio, pues era imposible: ¿qué marido había de cargar con sus pequeños?

El conjunto de esta irradiaba el ardor de la lucha, el de aquella, la paz de la conformidad. Una mañana, encontrándose toda la familia reunida en la espaciosa caída, recibió Doña Luisa una carta de un antiguo capitán de la marina mercante, paisano y amigo de su difunto marido.

El supuesto barco mercante y sus dos perseguidores se dirigían rápidamente hacia el oeste, dejando al norte la costa de San Albano. No se divisaba otra vela en todo el horizonte. Roger permanecía cerca del timón, mirando las galeras enemigas y recibiendo de lleno en el rostro la fuerte brisa del mar que agitaba su rizado cabello rubio.

Leyósele su sentencia con méritos, abjuró formalmente sus errores; fue reconciliado en forma, advertido, reprendido y conminado, con condenación de cárcel y hábito por dos años. Miguel Valls, Soltero, hijo del sobredicho Rafael Valls, mayor, y de Isabel Bonnin, su mujer, natural y vecino de esta Ciudad, mercante de oficio, de edad de veinte y un años, preso por judaizante.

Para lograr este fin, hubiéramos sacrificado nosotros con buen ánimo la agricultura de Castilla, cuyas harinas no hubieran podido resistir la competencia, el comercio de Santander, bastante de la industria catalana y no cortos intereses de nuestra marina mercante.

Tal vez algún día los pasos de los raros transeuntes despertasen el mismo eco fúnebre en las calles de la nueva Bilbao, que los del viajero al vagar entre los muertos palacios de Pisa. Podía ser que el mar enemigo cegase la ría con una barra de arena, y que sólo de tarde en tarde remontase su corriente algún barco mercante. Aresti acariciaba esta perspectiva desoladora.

Leyósele la sentencia con méritos; abjuró formalmente sus errores y fue reconciliada en forma, advertida, reprendida y conminada, y condenada a un año de hábito y cárcel y confiscación de bienes. Beatriz Cortés, mujer de Pedro Juan Terongí, alias el Conde, mercante de oficio, natural y vecina de esta Ciudad, de edad de veinte y un años; fue presa por delito de judaismo.

Aparte de la Aduana, que es un buen edificio, y de sus cómodos docks ó canteras para construcciones navales, Dover es interesante por la belleza de sus calles rectas y anchas, sus casas elegantes y su gran establecimiento de trabajo para los pobres, donde se fabrican en gran cantidad velas y cables y otros objetos análogos para la marina mercante.

Ana, como trata con un capitán mercante, no se quiere rebajar a que la vean alumbrando; dice que cuando llegue la Bella Luisa la avergonzaría su marino.... ¡Y aquella tonta de Guardiana tuvo valor a decirme que ella sólo cogería un hacha para ir en la procesión de Nuestra Señora de la Guardia!

Un amanecer, á la altura de Lisboa, cuando acababa de dormirse después de haber pasado la noche en el puente, le despertaron los gritos y correteos de la tripulación. Un submarino había surgido á mil quinientos metros y marchaba hacia el Mare nostrum á gran velocidad, temiendo sin duda que el buque mercante intentase escapar.