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Actualizado: 18 de junio de 2025


D. Diego? dijo Santorcaz. Estoy entusiasmado replicó el mozuelo , y deseo que nos manden cargar sobre las filas francesas. ¡Y mi señora madre empeñada en que conservara yo aquella espada vieja sin filo ni punta...! ¿Está usía sereno? le preguntó Marijuán.

Esta provincia hace frontera con los dominios de Portugal por toda la banda del este, y en tiempo de desavenencias con aquella corona no tiene el gobernador en aquella provincia sino indios con que defenderse de las invasiones, y es preciso que de Buenos Aires le manden los auxilios de gente española; y teniendo bajo su mando a los Correntinos, tenía en ellos un pronto y eficaz socorro para cualquier urgencia.

Pero no basta explicarlo; menester es remediarlo, dijo la lavandera. De ello trato añadió la Princesa y para ello conviene que al instante se manden hombres armados, que inspiren la mayor confianza, a todos los caminos y encrucijadas por donde puedan venir los correos que envió el Príncipe tártaro al Rey su padre, para consultarle sobre el caso del pájaro verde.

Siempre, y renegando de su origen, ha sido enemiga de la libertad y de la democracia. ¡La libertad! ¡la libertad! ¿y para qué sirve? Y ¿qué es la democracia? el permitir que manden los pillos. ¡La democracia! ¿Cuántas libras de patatas se compran con eso?

Aunque por la costumbre que tienen de acudir a sus distribuciones saben el día y hora de todo, están tan acostumbrados a no hacer nada sin que se lo manden, que para todo aguardan la señal del tambor, o la voz del pregonero o publicador; y así en todo el día se oyen repetidos toques de cajas y publicar por las calles lo que deben hacer.

o Rocinante, que éste es el nombre, señoras mías, de mi caballo, y don Quijote de la Mancha el mío; que, puesto que no quisiera descubrirme fasta que las fazañas fechas en vuestro servicio y pro me descubrieran, la fuerza de acomodar al propósito presente este romance viejo de Lanzarote ha sido causa que sepáis mi nombre antes de toda sazón; pero, tiempo vendrá en que las vuestras señorías me manden y yo obedezca, y el valor de mi brazo descubra el deseo que tengo de serviros.

No quería decíroslo... porque os causará pena... mas tenéis derecho a saberlo... Voy a París a pedir que me manden a otro regimiento. ¿A otro regimiento? ¿Salir de Souvigny? , precisamente, salir de Souvigny... por algún tiempo, por poco tiempo; pero, en fin, salir de Souvigny, es lo que deseo, lo que necesito. ¿Y yo?

Ha ocurrido aquí una cosa muy gorda que llaman crisis ministerial: consiste en que los que mandan se quitan para que manden otros. Pues bien; yo quise hacer la historia de esta cosa: he de confesar que yo no sabía nada de ella. Sin embargo, las historias de las cosas que no sabemos son las mejores historias.

España echará a los franceses, aunque los manden todos los Emperadores nacidos y por nacer; porque si Francia tiene a Napoleón, España tiene a Santiago, que es, además de general, un santo del Cielo. ¿Cree usted que no entiendo de batallas? Pues : soy perro viejo, y callos tengo en los oídos de tanto oír el redoblar de los tambores y los tiros de cañón.

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