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Actualizado: 14 de julio de 2025
Mancebo, en los verdores de la edad, fuerte como un toro y laborioso como manso buey, salió de su patria el señor Joaquín, a quien entonces nombraban Joaquín a secas. Colocado en Madrid en la portería de un magnate que en León tiene solar, dedicose a corredor, agente de negocios y hombre de confianza de todos los honrados individuos de la maragatería.
Es un magnate que tiene un alcázar, y ha de andar buscando un asilo de zoca en molondra. Es un mendigo á quien se ha levantado un palacio; pero que no ha dejado de ser mendigo, ¡Vanos alardes! ¡Estéril pompa! ¡Pobre magnificencia!
Ferragut sintió interés por los remotos amores de aquella napolitana, gran señora, con el magnate español, prudente y linajudo. La pasión había hecho cometer al grave virrey la locura de construir un palacio en el mar. También el marino amaba á una mujer de otra raza y sentía iguales deseos de hacer por ella cosas disparatadas.
Irás con el magnate mano á mano, Por bien que mulas rasques, que el ingenio Merece todo honor en el más llano. Más adelante pone irónicamente en los labios de un mal poeta estas palabras: ... gran barbaria haber solía Por cierto, en aquel siglo de Terencio, Según lo da á entender su poesía. Yo del passado no le diferencio, Quando la Propaladia de Naharro De nuestra España desterró el silencio.
Lo único que sentía era no tener ropa con que disfrazarse de magnate o de emperador; de algo, en fin, con autoridad para hacer que el mundo entero se postrara en adoración de aquella sirena.
Acuérdate de las humillaciones que has sufrido, las lágrimas de fuego que has derramado, las noches en vela pasadas á la puerta de mi cuarto... Sí, sí; ¡me lo has hecho pagar caro! exclamó el magnate riendo. ¿Te pesa de la compra? dijo la extranjera tirándole de la oreja. Nada de eso. Estoy conforme con el precio, y aun daría algo más encima.
La estadística entró en los consejos constitucionales, fué llamada y oida como un personaje de la nacion, como un gran poder del Estado; la estadística, la aritmética social, el nuevo magnate, expulsó á unos hombres, y llamó á otros para que ocuparan las sillas del gobierno.
Tengo algunos respondió el prócer echando agua al mismo tiempo en el vaso de Venturita. Esta se estremeció de gratitud. La sangre se le agolpó al rostro. La suya es una de las primeras galerías de Europa decía, en tanto, por lo bajo Cosío a Peña. Me gusta la pintura porque es el arte nacional siguió diciendo el magnate.
En los primeros números, después de la llegada del magnate, El Joven, francamente hostil ya a él, se contentaba con ridiculizarle bajo nombres transparentes, como pintor y pescador, y hasta como hombre político, insinuando la idea de que el Duque era un personaje desprestigiado de Madrid, rechazado por la corte y sin influencia con el Gobierno.
Muy cierto es todo eso, mi buena amiga, respondió el magnate, pero tened en cuenta que es muy joven, llena de vida y salud, traviesa y alegre como una niña y que tiempo hay para todo. Sus travesuras van siendo graves por demás y demandan de vos severa corrección. No querréis decir seguramente que llegue yo á levantarle la mano.
Palabra del Dia
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