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Actualizado: 14 de junio de 2025
Quedaba una muy jóven y muy novicia, á la qual nunca habia tocado su magestad: arrimáronse á ella uno, dos y tres jorobados, ofrecréndole hasta veinte mil monedas; pero se mantuvo incorruptible, riéndose de la idea de los jorobados que creían que su dinero los hacia mas bonitos. Presentáronse los dos mas lindos pages, y les dixo que le parecia el rey mas lindo.
Porque estaba con Asan, tu hermano mayor, le dixo el morador de los cielos, el qual es mas desventurado que tú, habiendo su magestad el clemente rey de las Indias, en cuyo palacio tiene la honra de estar empleado, mandádole sacar ámbos ojos por una leve falta, y teniéndole en un calabozo, amarrado de piés y manos.
Acerca de estas tierras de Magallanes, ha puesto Su Magestad especial empeño; pues habrá poco mas de cuarenta años, que envio una mision entera para estas tierras, y en ella venian padres escogidos, de tierras frias, para que mejor pudiesen aguantar los frios de hácia el Estrecho.
Al Illustre y Excelentissimo Señor Don Antonio de Mendoza, Vissorey y Capitan general por Su Magestad en estos reinos y provincias del Perú.
Señor, replicó este, vuestra magestad es el único que la merece, y quien ha hecho la mas inaudita accion, pues siendo rey no se ha indignado contra su esclavo que contradecia su pasion. Todos celebráron admirados al rey y á Zadig.
Mi cuerpo y mi corazon, dixo el rey á Zadig... Oyendo estas palabras no pudo ménos el Babilonio de interrumpir á su magestad, y de decirle: ¡Ouanto celebro que no hayáis dicho mi alma y mi corazon, porque no oimos mas voces que estas en las conversaciones de Babilonia, ni leemos libros que no traten del corazon y el alma, escritos por autores que ni uno ni otra tienen; pero perdonadme, Señor, y proseguid.
Y tercero, desagraviado Dios de sus ofensas, cometidas atrozmente contra la Magestad de su Ser Trino: contra la inefable caridad de su hijo, hecho hombre y contra la suprema autoridad de su Palabra Evangélica, con tres sacrificios aceptables; con el de justicia, que le desagravia: placavit & cessavit quassatio Psal. 105. 30.
Alienta en ella cierto espíritu de magestad, de fortaleza, de santa sobriedad cristiana que cautiva . Falta en las zonas que dividen sus estribos la simetría, de la cual somos hoy esclavos; pero, ¿qué importa?
»A 22 de el corriente se celebró en Palacio el felicisimo dia de el cumplimiento de años de la Reyna N. S., y á la noche se representó la famosa comedia de los Juegos Olímpicos, que Su Magestad honró con Su Real presencia, asistido de Su Alteza.» 1678. «La Gazeta ordinaria de Madrid. Martes 11 de enero 1678.
Juez de Bienes confiscados por Su Magestad, el Doctor Juan Bautista Danús, Ciudadano militar. Don Gaspar de Puig de Orfila y Dameto, Alguacil Mayor. Don Leonardo Zaforteza y Sureda de San Martín, Receptor. Don Manuel Ximénez de Sotomayor, Secretario del Secreto. El Doctor Sebastián Ferragut, Catedrático de Teología en esta Universidad, Secretario del Secreto.
Palabra del Dia
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