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Actualizado: 4 de julio de 2025
Quién dice no ser bella la mujer filipina que visite esta tierra de Búrgos y Rizal; y verá que es más mística, más dulce y más divina la hija de los rajáhs, la niña tropical.
Además, usted es demasiado buena para oirlas. Se horrorizará usted y se turbaría la paz serena de su espíritu. ¡Oh! no: cuénteme usted. Tal vez alguna falta muy grave. No importa; cuéntemela usted, que yo se la perdono antes de saberla. Falta mía no es. ¿Falta de otro? ¿A ver? dijo la mística con ansiosa curiosidad. Deje usted para mí todas esas amarguras, señora.
No se imagine el lector, que en vez de una teoría científica, voy á ofrecerle un capítulo de mística: estoy seguro de que al concluir la lectura, se hallará convencido, de que aun bajo el aspecto puramente científico, hay en esta doctrina mucha mas exactitud y profundidad que en otras cuyos autores se guardan de emplear la palabra Dios, como si este nombre augusto manchase las páginas de la ciencia.
Por despecho, hace ya más de cuarenta años, abandonaste el mundo y la vida activa, creyéndote capaz de la vida contemplativa y mística.
Y en lo tocante a la unión íntima del alma con Dios y al propósito de la ciencia mística, tampoco va tan lejos Tofail como en sus términos y frases muchos místicos ortodoxos de Alemania, de Italia y de España. Lo que sí se echa de menos en la mística de Tofail es, ya que no la carencia, la poca energía del amor que aspira y logra la unión más que la inteligencia pura.
Fui a ver a esas señoras, y en cuanto se presentó mi hermosa prometida, sentí una impresión de luz como el que sale en pleno día de una cueva, o de un lugar de tinieblas. La pobre Elena, enfermiza e infeliz, me causó una especie de enternecimiento al que contribuyeron el aparato fúnebre y la decoración mística que rodeaban su juventud.
Poco a poco comenzaron las mutuas confidencias. El nuevo clérigo, no teniendo en Peñascosa un director espiritual acomodado a su educación mística, abrió insensiblemente su pecho y comunicó a la joven sus alegrías, sus triunfos y sus desmayos en la vía de salud que se había trazado.
Mientras que la sequedad de la duda que se introduce en esa tierna naturaleza substituye a la cándida fe que es su fuerza y su gracia... Y Lacante levantó las manos y las dejó caer, como si viese ya pulverizado todo el edificio de fuerza mística.
¡Ah, Rosita!, ¿cómo puede usted hablar en esos términos del buen Ramón, que me afeita de balde, y de esa ilustre Marisalada que ha sido aplaudida por generales y por ministros? Nada de eso impide replicó Rosa Mística que haya sido cómica, de las que antes estaban excomulgadas, y que deberían estarlo todavía. Yo quisiera saber por qué no lo están ya.
Conocía todo esto: eran las palabras de Spadoni y del mismo Castro, pero con la fanática certeza de las mujeres, que llevan siempre á los asuntos de dinero un alma mística dispuesta á creer en los presentimientos y las influencias misteriosas. Para el juego no cuentes con mi ayuda... Además, yo soy pobre. En este momento el coronel debe tener en su caja menos dinero que tú.
Palabra del Dia
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