Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 15 de junio de 2025
Aún no había dejado de llover, y Quevedo, que como tenía de todo, era algo médico, esperó que la humedad reblandeciese el cerebro de don Juan. Lo que demuestra que Quevedo, ya en aquellos tiempos, buscaba el alma en los nervios. No se engañó don Francisco. La excitación nerviosa del joven se modificó. Anduvo por algún tiempo en silencio asido al brazo de Quevedo.
Pero, cuando el maestro le leyó la carta, Melisa escuchola como quien oye llover, la recibió sumisamente y después recortola con sus tijeras en figuras que representaban a Sofía, rotuladas la niña blanca, para evitar errores, y que plantó sobre las paredes exteriores del edificio.
Ya no escuchaba el piano de sus hermanas como quien oye llover; ahora la música le arañaba en lo más hondo del pecho, y algunas veces hasta le saltaban las lágrimas cuando Amparito se arrancaba con alguna romanza italiana de esas que meten el corazón, en un puño.
Vilo, y he de decillo, aunque se dude Del hecho que por brujula declaro. Lo que yo pude ver, lo que yo pude Notar fue, que la nube dividida En dos mitades á llover acude. Quien ha visto la tierra prevenida Con tal disposicion, que quando llueve, Cosa ya averiguada y conocida, Por no creer esta verdad estube Mil veces, pero vila con la vista, Que entonces clara y sin legañas tuve.
En la maleza adivinábase un misterioso rebullimiento de animales ocultos que escapaban despavoridos, tronchando ramas secas y haciendo llover hojas. Cerca de la Cascatinha, al pasar una revuelta del camino solitario, vieron tres automóviles parados, y cerca de ellos un ir y venir de hombres.
La indiada nuestra pasó adelante hasta perdernos de vista; y á las seis de la tarde llegó un indio mandado del cacique Lincon, el que dió la noticia á nuestro Comandante que su Cacique habia hallado un rastro en que reconocia que los indios enemigos estaban cerca, porque habia visto muchos fogones, y las carnes de los animales que habian cazado para comer estaban aun frescas: á cuya noticia dió órden el Comandante nos pusiesemos en marcha, lo que habiéndose egecutado nos comenzó á llover, y caminando hasta las doce de la noche, paramos por ser muy obscura: no teniendo vaqueano para ir adonde los indios nuestros estaban, pues el que vino con la embajada dijo, no podria dar con los compañeros, por cuyo motivo nos mantuvimos parados hasta que viniese el dia.
Morisco soy, señores, y ojalá que negarlo pudiera; pero no por esto dejo de ser cristiano: que las divinas gracias las da Dios a quien él es servido, el cual tiene por costumbre, como vosotros mejor sabéis, de hacer salir su sol sobre los buenos y los malos, y llover sobre los justos y los injustos.
Dejemos á Madrid á obscuras, amanezcamos muy lejos, y veamos á Neptuno dentro de ocho días, embarcados con rumbo á Nápoles: que os afirmo que mientras aquí estemos, ni duermo, ni descanso, ni vivo: cerrado está el cielo, de llover no cesa, y temo que esto pare en diluvio que nos ahogue.
Pero al mes ya no se acordaba de don Álvaro; ni don Álvaro de Ana en cuanto llegó a Madrid. «¡Oh! el convento, el convento; ese era su recurso más natural y decoroso. El convento o el americano». El confesor de Anita, Ripamilán, oyó la proposición de la joven como quien oye llover.
Dorotea pasó por muerta de repente en su casa, en su cama; se la hicieron, costeándolos el duque de Lerma, que no podía dispensarse de aquel último gasto, unos ostentosos funerales, y se la enterró según su voluntad, en la iglesia de San Martín, en una sepultura en el suelo, sin piedra ni letrero. Había cesado de llover y hacía sol.
Palabra del Dia
Otros Mirando