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Actualizado: 2 de julio de 2025
La supuesta no inteligencia de la segunda parte, sólo puede explicarse por dos maneras. Y por ambas, no ya el FAUSTO, sino la obra más clara y más llana vendrá a ser ininteligible. El Quijote, pongamos por caso.
Diole gana a don Quijote de pasear la ciudad a la llana y a pie, temiendo que, si iba a caballo, le habían de perseguir los mochachos, y así, él y Sancho, con otros dos criados que don Antonio le dio, salieron a pasearse.
La fachada principal de la casa no miraba al valle, sino á las altísimas montañas que lo cerraban. Entre la casa y la falda de éstas no mediaban de tierra llana más de doscientos pasos, y era el sitio que ocupaban la huerta y la pomarada.
Importa poco el valor etimológico y genuino de la palabra. Lo que nos importa resolver es que la palabra flirtation, en los salones elegantes de España, tiene un valor muy distinto; significa un refinamiento, un alambicamiento de coquetería, y no la coquetería llana y sencilla que por lo común se estila.
Mariquita es gallarda y hermosa, aseada y pulcra, caritativa con los pobres, llana y afable en su trato, generosa con la gente menuda, y para con los amigos, leal, cariñosa y suave. Todos los ya citados personajes y no pocos otros de segundo y tercer orden hablan en la novela muy naturalmente y como deben hablar, esto es, sin que el Sr.
Como toda la comarca es llana y carece de bosques generalmente, el país que se recorre yendo de Brusélas á Gante seria monótono y desapacible, si la agricultura no lo embelleciese con sus galas.
Luego venía la labor llamada Cava bien, durante Enero y Febrero, que igualaba la tierra, dejándola llana como si la hubiesen pasado un rasero.
-Ahora, señores, yo estoy turbada, y no sé lo que me digo -respondió la doncella-; pero la verdad es que yo soy hija de Diego de la Llana, que todos vuesas mercedes deben de conocer.
La música de la Academia había cesado de tocar un pasodoble en la misma puerta Llana, y se oían las voces de mando de los oficiales y el choque unísono de las culatas al quedar inmóviles las compañías de cadetes. Don Antolín, con su gran vara de plata y una capa pluvial de brocado blanco, iba de un lado a otro, reuniendo a los empleados del templo.
Pues de ayer acá, todo ha cambiado en el pobre chico, como si para mirarle te pusieran un velo negro delante de los ojos. ¿Es verdad esto? ¿sí o no? Respóndeme, hija mía, pero acordándote de que te has alabado hace un momento de ser llana y a la buena de Dios. Otra exageración tuya, papá dijo Nieves eludiendo la respuesta terminante que se la pedía . No es ese el caso.
Palabra del Dia
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