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Actualizado: 24 de junio de 2025
Eran catorce, todos rubios como unas candelas, y corpulentos y sanos á fuer de legítimos hijos de la verde Erin. Su edad variaría entre diez y seis y veinticuatro años. Aquellos escolares simbolizaron á mis ojos un tributo de respeto y de agradecimiento que la católica Irlanda sigue pagando á la nación católica por excelencia.
El hubiera preferido una condición humilde, afanosa, con padres legítimos, á la riqueza y á la consideración que le daba la circunstancia de ser hijo bastardo reconocido de aquel poderoso magnate, á quien llamaban por excelencia el gran duque de Osuna, conde de Ureña.
La Providencia se burla de la ambición, de la avaricia y de todas las pasiones humanas, pero respeta los afectos legítimos y no separa nunca a los que se aman piadosamente en el seno de la familia. ¿Por qué me hubiera hecho conocer y amar a Germana si hubiese tenido el designio de arrebatármela de entre los brazos? Sería un juego cruel e indigno de la bondad de Dios.
Estaba compuesta de legítimos ciudadanos de «la roca», descendientes de cuatro generaciones de monegascos. Ellos solos podían contribuir á la defensa ideal del principado, así como gozaban las ventajas de pertenecer á un país, único en el mundo, donde nadie paga contribución y todos al nacer tienen el pan asegurado, gracias al Casino.
Muy sincero en sus recriminaciones egoístas, como acostumbrado a considerar como suya la fortuna de Neris, se juzgaba desposeído de unos bienes legítimos y su indignación, bastante cómica, era perfectamente justificada a sus ojos. Poco le faltaba para hacer a la pobre Blanca responsable de aquel despojo.
Hay una necesidad para el hombre de desenvolver sus fuerzas, su capacidad y ambición, que, cuando faltan los medios legítimos, él se forja un mundo con su moral y sus leyes aparte, y en él se complace en mostrar que había nacido Napoleón o César.
Todos aquellos placeres que no vienen derechamente y en razón de los afectos legítimos, aunque sean champaña de la vanidad, son acíbar de la memoria. Eso en los más honrados, que en los que no lo son, de tanto andar entre frutas estrujadas, llegan a enviciarse los ojos de manera que no tienen más arte ni placer que los de estrujar frutas.
Por lo mismo, se habrá de acelerar el envio de Diputados; entendiendo deber ser uno por cada ciudad ó villa de las Provincias, considerando que la ambicion de los estrangeros puede excitarse á aprovechar la dilacion en la reunion, para defraudar á S. M. los legítimos derechos que se trata de preservar.
Seguidamente, hincado de rodillas, y poniendo la mano derecha sobre los Santos Evangelios, prestó juramento de desempeñar legalmente el cargo, conservar íntegra esta parte de América á nuestro augusto Soberano, el Sr. D. Fernando VII y sus legítimos sucesores, y guardar puntualmente las leyes del reino.
Pidieron su mano para un joven desterrado que, mediante ciertas eventualidades, podía ser llamado a subir sobre un trono, pequeño, es verdad, pero que, sin embargo, era un trono. Pidieron su mano para un joven Duque, que haría una gran figura en la Corte, cuando la Francia, y esto era inevitable, reconociera sus errores y se inclinara ante sus legítimos señores.
Palabra del Dia
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