Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 9 de junio de 2025


Nos enim per præsentes mandamus Merino nostro Cæsaraugustæ et aliis officialibus nostris, quod prædictam concessionem nostram firmam habeant et observent, ut superius continetur. Datum Cæsaraugustæ secundo Kalendas novembris anno prædicto Ægidius ex petitione provissa in consilio. Pecunias de Jaime II fol. 41 núm. nuevo 255. Nos Jacobus Dei gratia Rex Aragonum, Sardiniæ, Corsicæ etc.

Jaime pasó los primeros años de su vida, cuando empezó a darse cuenta de lo que le rodeaba, sin ver a su padre más que en los rápidos viajes que hacía a Mallorca. Era del partido progresista, y la Revolución de 1868 le había hecho diputado.

Había dejado a su madre y su hermana en mitad del camino, y oculto entre los tamariscos esperó a que su padre regresase de la torre. Sin duda el viejo quería hablar de cosas importantes con don Jaime; por esto los había alejado a todos, encargándose de llevar él mismo la comida. Hacía dos días que sólo hablaba en su casa de esta entrevista.

Luego se casó con una señorita de Palma, de fortuna escasa, cuyo padre era gobernador militar de la isla de Ibiza. «La Papisa Juana», hablando un día con Jaime, había pretendido herirle, con su voz fría y su gesto altivo. Tu madre era noble, de familia de caballeros... pero no era butifarra como nosotros.

Pero Pablo apenas había vivido en Mallorca: había viajado mucho; no era como los de su raza, inmóviles en la misma postura durante siglos, reproduciéndose sobre el montón de su vileza y su cobardía, sin fuerzas ni solidaridad para levantarse e imponer respeto. Jaime conocía en París y en Berlín ricas familias de judíos.

Quedó Jaime inmóvil, sintiendo en la espalda y en el pecho los trapos amontonados por las dos mujeres en su horror a la sangre. El optimismo que le había animado al doblarse sus piernas y caer junto a la torre volvió a reaparecer. Seguramente, aquello no era nada: una herida insignificante; sentíase mejor.

Así, por ejemplo, la traducción francesa de Germond de Lavigne, publicada en París en 1873, la traducción alemana de Eduardo de Bolow, impresa en Leipzig en 1843, y la antigua y bella traducción inglesa de Jaime Mabbe, lujosa y lindamente reimpresa en 1894 e ilustrada con una muy discreta y erudita introducción por el docto hispanófilo Fitzmaurice Kelly.

Doña Luz, sin enojarse, antes bien algo lisonjeada, contestó negando la validez del pronóstico, y asegurando, con modestia un poco fingida, que don Jaime, acostumbrado a ver en la corte tantas bellas mujeres, no repararía en ella ni le haría caso. Además dijo doña Luz , no haya miedo de que me pretenda ese caballero. Yo no soy lo que se llama un buen partido.

Jaime bajó los ojos con una hipocresía infantil, y temeroso de llegar a su verdadera demanda, acometió el relato desde muy lejos.

Príncipe y Sr. D. Jaime 2.º rey de Aragon, perpetuamente la mitad de las aguas del rio Huerba, que pertenecia á dichos pupilos por su padre, y que tenia el nombre de agua del Sr.

Palabra del Dia

dermatológicas

Otros Mirando