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Actualizado: 24 de junio de 2025
I viniendo á lo que anda mas acreditado en las plumas de doctos varones, digo que los israelitas en tiempos de la dominacion romana en España, tenian poquisimas noticias de las tierras i cosas occidentales; porque como no habitaban en las riberas del mar, ni hacian navegaciones de una parte á otra para vender sus mercaderías, ni se fatigaban en peregrinar por el mundo para ver nuevas regiones, nuevas gentes i nuevas costumbres, tan solo conocian los reinos que lindaban con los suyos, así por la vecindad como por las guerras i cruelisimas discordias que los varios intereses entre unos i otros levantaban.
11 Y cuando iban huyendo de los israelitas, a la bajada de Bet-horón, el SE
Tal vez murmuramos, como murmuraban los israelitas en el desierto porque no llegaban a ver la Tierra Prometida; y eso que el Maná y las codornices que les daba su Moisés no costaban nada, y los millones que nos da nuestro Moisés cuestan mucho. En fin, sea como sea, yo me atrevo a publicar esta endiablada Meditación.
En el Concilio celebrado en Toledo el año de 655 pidió á los prelados que con gran diligencia proveyesen la forma de cerrar el paso á los israelitas en los desmanes que á pesar de tantas leyes i castigos diariamente cometian.
Uno de los más asiduos y animados concurrentes era el agente de cambios, M. Steimbourg. La aventura de Parthenay habíale ligado a L'Ambert con lazos más estrechos. M. Steimbourg pertenecía a una buena familia de israelitas convertidos; su cargo valía dos millones y poseía una fortuna de medio millón, de suerte que ya se podía trabar amistad con él.
Bajo el pavimento mismo hay subterráneos profundos que guardan los restos de muchos israelitas. ¡Cuánto no me hacia meditar sobre las peripecías de la humanidad el abandono de aquel antiguo santuario de una raza que, perseguida durante diez y ocho siglos por todos los pueblos en inmensa y atroz gavilla, ha regenerado al mundo en el siglo XIX, con el poder de sus enormes capitales y su actividad industrial y comercial, poblando á la Europa de Bancos, ferrocarriles, almacenes y fábricas!
Por esta y otras razones se la llamó la levita del desierto; porque segundaba el milagro de los israelitas viajando por los desiertos de la Arabia durante cuarenta años, sin menoscabo de sus vestidos.
Muchos judios que huyeron de Jerusalen cuando su destruccion por Tito, se establecieron en España donde vivieron sin ser de ninguno molestados. Los antiguos españoles en el Concilio Eliberitano comenzaron á ofenderlos con algunos decretos; pero la venida de los godos á España estorbó que se hiciesen otros mas dañosos á los israelitas.
De esta suerte, en soliloquios románticos, acerbos y dignos de Hamlet, siempre que estaba sin Chemed; y en coloquios amenos, en pláticas tiernas, y en juegos y risas, cuando Chemed aparecía, vivió Mutileder; y así se pasó el tiempo, caminó la nave, se detuvo en varios puntos de África y en algunas islas del archipiélago de Grecia, y llegó al fin a Tiro, capital entonces de Fenicia desde la ruina de Sidon, cuando los filisteos, rubios descendientes de Jafet, vinieron de Creta por mar, mientras que del lado del desierto de Arabia entraban los israelitas en la tierra de Canaan y lo llevaban todo a sangre y fuego.
Para perder á los hebreos forjan ambos el plan de que Belfegor excite contra ellos las armas del Príncipe pagano de los Amalecitas, y de que la Idolatría los aparte con sus palabras de la reverencia debida á Dios; y, en efecto, apenas se alejan, cuando ya detrás de la escena se oyen los murmullos de los israelitas.
Palabra del Dia
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